Con el aumento que rige desde este mes y sumado al de octubre de 2018, los hogares con gas de red deberían recibir las facturas del invierno con una suba interanual de entre 70 y 80 por ciento.En cambio, los hogares que usan garrafa pagarán ese combustible básico mucho más caro que el año pasado, sin cuotas ni diferimiento alguno.

Las 2,8 millones de familias inscriptas en el Programa Hogares con Garrafa (Hogar), que reciben un subsidio para financiar una parte del gas envasado que necesitan, pagarán al menos 125 por ciento más que hace un año para cocinar, ducharse con agua caliente y calefaccionar. Esto es así porque el Gobierno congeló los montos de los subsidios y aumentó el precio oficial de la garrafa, difícil de conseguir, un 37%.

Entre las dos decisiones mediaron dos meses y una transferencia de casi 3350 millones de pesos desde los sectores más vulnerables de la sociedad a los hogares de distinto poder adquisitivo pero con acceso al gas de red, más barato que el envasado.

Dicho de otra manera, los recortes a los subsidios a los hogares con garrafa representan el 74% de los $4500 millones que el Gobierno destinará a atenuar el aumento de los usuarios de de la red de gas natural.

La poda al Plan Hogar, prevista para este año, es de $3348 millones de acuerdo con datos oficiales. Es un ajuste nominal, que sería mucho más profundo si se contemplara la inflación. Este programa es el que reemplazó, en 2015, a la extinta garrafa social.

Los números surgen del Presupuesto. En 2018, de acuerdo con la información oficial, el Estado destinó 6735 millones de pesos al Programa Hogar. Pero para 2019, los montos comprometidos a subsidiar la garrafa cayeron a la mitad: hay disponibles $3387 millones. Ese dinero deja de llegar a las familias que usan garrafas. Es una porción mínima de los $202.031 millones que el país destinará a subsidiar la energía en 2019 (un monto similar al del año pasado que implica una contracción en términos reales por la devaluación y la inflación).