Comunicado desde CTA-A Regional Mar del Plata 

En un escenario cada día más difícil para las y los trabajadores, en el día de ayer, en la apertura del año legislativo, el presidente reivindicó el brutal ajuste, redobló sus conceptos de mano dura, retomó su discurso de terrorismo de Estado y no hizo mención sobre la democracia en ningún pasaje de su exposición.

Con datos falsos -como es su estilo- volvió a intimidar con la teoría de una inflación del 1700 % avalando a sus amigos del poder económico que manejan y disponen los precios que solo les sirven a ellos para continuar amasando sus fortunas, en detrimento del pueblo trabajador.
Reivindicó las políticas y los salarios de los años ’90, cuyo promedio real era de 200 dólares, mintiendo con insistencia en que un asalariado cobraba 1800.

Volvió a atacar a los sindicatos y sus estructuras, falseando información sobre la elección directa de sus representantes, puesto que la limitación de los mandatos y los comicios abiertos y democráticos donde se expresan las y los afiliados, ya existe por estatuto en las organizaciones sindicales; y -lo que es más grave- amenazó con descontar el día laboral a quien haga uso de su derecho a paro, por reclamar contra la opresión, el salario y las condiciones laborales.

El presidente pide paciencia y confianza pero confronta con el Pueblo trabajador invitando al conflicto con su plan sistemático de políticas de hambre, desocupación, desigualdad y persecución, profundizando su perfil dictatorial e intransigente, presionando con el desfinanciamiento, los despidos y el vaciamiento del Estado.

Por último, propone un nuevo “contrato social”, pretendiendo emboscar a los gobernadores para la sanción de las leyes de entrega de nuestro país y la erradicación del Estado de derechos, mientras “la casta” -rostros conocidos de los tiempos mas oscuros de Argentina- se rompía las manos aplaudiendo su discurso desde sus lugares de privilegios y soberbia política.

Desde CTA-A Regional Mar del Plata, reafirmamos nuestro compromiso en la defensa de un Estado grande, inclusivo y democrático, que garantice los derechos de las mayorías trabajadoras que sufren los embates de un proyecto de país empobrecedor y entreguista