El Jefe coordinador del gabinete local y vocero del intendente cree tener la vara de lo justo, de la moral, del comportamiento correcto, imponiendo su voluntad sobre la ley, las normas, las ordenanzas y los protocolos, así con esa soberbia típica de dictador que se cree omnipotente otorga salvoconductos o venias a un sector que él cree son iguales en detrimento del pueblo, del vecino de a pie que ve cómo algunos pocos son ungidos por un poder divino de hacer en la ciudad más allá de las normas de los simples humanos.

Así este fin de semana pude ser testigo en carne propia, como agentes municipales corrían a los vecinos que dentro de sus autos, sin bajar de ellos, se disponían a tomar un café o un mate con su núcleo familiar luego de una semana de trabajo o tan solo para escapar del agobio del encierro.

Pero por otro lado también vi cómo las cafeterías, cervecerías y casi todo local gastronómico estaban con clientes consumiendo dentro de sus locales.

Al parecer, para Rabinovich hay dos fases 3, una para los que él cree sus iguales, a los que hay que privilegiar; los que pueden saltar la noma; los que no deben ser controlados y otra para el hombre común, para el vecino de a pie, para esos “tipos y tipas” comunes como vos y como yo, que creemos más seguro compartir en nuestros vehículos con nuestro grupo familiar una corta salida del hogar sin generar ningún tipo de riesgo. Eso sí, éstos últimos sólo podemos gozar de esa libertad que ofrece el vocero del Intendente, sí y sólo si gastamos ese dinero que no siempre tenemos, en alguno de esos locales que, a criterio de Rabinovich, debemos sostener.

Ahora me pregunto, El bufón, es bufón? o un simple oportunista que escudado en un cargo por el que no fue votado por el pueblo, aprovecha la oportunidad para generar recursos sólo para unos pocos “amigos”.

Por otra parte, también me pregunto: ¿Qué va a hacer el Intendente con su coordinador de Gabinete?, ya que al no desdecir sus manifestaciones públicas, sostenidas con sus acciones y omisiones, podrían arrastrarlo a estar ambos incursos en el delito de incumplimiento de funcionario público, al desconocer, la vigencia de las normas dictadas por él mismo (Decreto Municipal) y por el gobernador de la Provincia.

El intendente y su bufón Rabinovich no se dan cuenta que el problema es que entre la pandemia y la crisis económica extrema está comenzando lo que se llama “hecho social”. Nos están arrastrando a un estado de ANOMIA.

Las personas comienzan a organizarse por fuera del estado municipal para desoír decretos de otras jurisdicciones como si de un verdadero feudo se tratase. Otros se escudan tras el señor feudal y pueblo impávido espera desconcertado.

Entonces, cuando la autoridad ve que ya no logra ser “obedecida” tiene dos opciones, la fuerza o retirarse y replegarse dejando hacer.

Pero acá en Mar del Plata nos hemos acostumbrado a que nada sea SISTEMICO. Lo triste es que aunque se rechace y niegue hacer algo al respecto, la realidad te pasó por arriba: CUANDO NECESITAS DE URGENCIA EL FUNCIONAMIENTO SISTEMICO YA NO LO TENES MAS y pasa lo que le paso al vecino que fue trasladado de urgencia a otra ciudad por falta de cama de terapia covid con respirador en nuestra ciudad.

Entonces sale un grupo operativo, como fue este fin de semana, disociado de la realidad y de otras áreas del propio gobierno municipal a “controlar algo” y “se ocupan sólo de eso y no de lo otro”. Y aunque vean violaciones o irregularidades, tienen, al parecer, la obligación de hacer la “vista gorda”. Es que está administración Municipal al parecer esta LOTEADA.

Por otro lado, LAS PERSONAS NO LOGRAN VER QUE LA SUERTE INDIVIDUAL ESTA ATADA A LAS RELACIONES SOCIALES y su dinámica. NO VEN QUE EN LA POLÍTICA está jugándose cada aspecto de su vida individual. Es como si creyeran que EL INDIVIDUO y LA SOCIEDAD no se relacionan en absoluto.

Opinión por A.F.