Realizado por Alejandro Morea, Dr. en Historia, investigador del CONICET y profesor de la UNMdP

Cada 20 de diciembre recordamos lo que ocurrió en esa fecha pero en el año 2001. Pero no solo para recordar la declaración del estado de sitio, las movilizaciones de protesta que le siguieron en todo el país y con epicentro en la ciudad de Buenos Aires, la brutal represión ordenada por el presidente Fernando de la Rúa o su renuncia posterior. Cuando volvemos al 20 de diciembre, lo hacemos para referirnos a la crisis más brutal que haya experimentado nuestro país, que por supuesto no se inició ese día y que tampoco concluyó a las 23:59 de esa noche.

El 2001 no solo fue una crisis económica y política, también fue de sentido. Entre piquetes y cacerolas, un fantasma (cómo el de las navidades pasadas) recorría la cabeza de las personas haciéndoles las mismas preguntas a todos: ¿Cómo llegamos hasta acá? ¿Por qué tenemos estos niveles de desempleo? ¿Cómo es posible que haya tanta pobreza? ¿Por qué están así las escuelas y hospitales públicos? ¿A quién le debemos tanta plata y por qué? Básicamente, lo que todos se preguntaban era ¿qué fue lo que nos pasó?

En ese contexto aparecieron un montón de explicaciones de periodistas, médicos e incluso también de algunos historiadores, que vinieron a decir que el colapso del 2001 era inevitable, que lo de Argentina era una cosa cíclica, culpa de nuestra propia idiosincrasia, porque la corrupción, la incapacidad y la mala praxis formaban parte de nuestro ADN constitutivo, como si vivir de crisis en crisis fuera parte de una especie de destino (bastante macabro por cierto) manifiesto y que básicamente somos un país de m… . Pero nada más lejos de la realidad, no lo somos y la crisis del 2001 se podía explicar y también se podían deslindar responsabilidades (judiciales, políticas y sociales), pero era más sencillo y más rentable en términos de ventas, decir que todos fuimos responsables o reforzar ciertos lugares comunes o tan solo repetir lo que muchos querían escuchar.

Eric Hobsbawm, un recordado historiador inglés, tenía una frase que suelo repetir en estas ocasiones: los historiadores somos eternos recordadores de lo que sus conciudadanos quieren olvidar. Y un poco eso es lo que vamos a hacer, pero no me voy a poner a explicarlo yo, como si estuviera dando clases en el aula, o escribiendo un paper, un manual o un libro de historia, sino a recomendarte una serie de artículos, libros, podcast, que abordaron la crisis del 2001 e intentaron explicarla con posterioridad pero también algunas series, películas, bandas o canciones que ya nos mostraban lo que se estaba gestando y como era la Argentina a fines de los años 90 del siglo XX.

Si te gusta mucho la historia y queres leer algo muy potente sobre los sucesos del 19 y 20 de diciembre te recomiendo que leas a Raúl Fradkin, quien en su ensayo: Cosecharas tu siembra. Notas sobre la rebelión popular argentina de diciembre de 2001 analiza la forma en que se dio la protesta, sus causas y las motivaciones de los que se movilizaron: https://journals.openedition.org/nuevomundo/553#tocto1n1 . Yo lo haría con una lista con temas solo de Caballeros de la Quema como Hasta Estallar, Qué pasa en el Barrio, Celofán, Patri, Pejerrey, Todos Atrás y Dios de 9 o también podes sumar de Viejas Locas como Homero, Aunque a nadie ya le importe o ¿Qué vas a hacer tan sola hoy? Por supuesto que podes mechar con Patricio Rey y escuchar Una piba con la remera de Greenpeace, Juguetes Perdidos o el remanido clásico de Bersuit Vergarabat como Se viene. Aunque lo correcto sería poner a las Manos de Filipi, Ska-p, Todos Tus Muertos y un poco de Manu Chao.

Si son muy jóvenes para haber vivido en vivo y en directo esas jornadas pueden ver un buen compendio de imágenes, testimonios y videos y una buena narración e investigación histórica en los dos episodios que Huellas de un siglo, aquel programa de Canal 7 sobre la historia Argentina en el siglo XX, le dedicó al 2001: https://www.youtube.com/watch?v=ie87G6zVMZE . Una mirada de más largo aliento, pero también en clave documental es la obra de Pino Solanas, Memoria del Saqueohttps://www.youtube.com/watch?v=HU5tGYDe9zk.

Mucho más acá en el tiempo, y a tono con los tiempos que corren en término de consumos culturales, les recomiendo un episodio de Un Poco Sucio, el podcast de Julia Rosemberg y Javier Trímboli, que se llama 2001: https://open.spotify.com/episode/6FdoCV9B32udNw7aIhRnKH?si=EMKpaB3BTE6slZejWUgHRA. Igualmente, lo de los podcast, sigue siendo algo medio de nicho, por eso también les sugiero que vean este post en Instagram que hicieron desde Historias Destacadas cuando se estrenó la serie de Star+ Diciembre 2001: https://www.instagram.com/p/CtPyPvuMcds/?igshid=MzRlODBiNWFlZA. A mí la serie no me gustó, pero el libro de Miguel Bonasso, “El Palacio y la calle” sobre el que está hecha la serie está muy bien y el post de Historias Destacadas también, ya que no deja pasar nada de lo esencial que tenés que saber si queres comprender lo que ocurrió el 20 de diciembre.

No es sobre la crisis en sí, pero sí sobre la Argentina de ese momento y es un clásico contemporáneo, la mejor serie sigue siendo Okupas, que es del año 2000 y fue dirigida por Bruno Stagnaro y tuvo las actuaciones protagónicas de Rodrigo de la Serna, Diego Alonso, Franco Tirri y Ariel Staltari y que tuvo una reciente reestreno en el 2021, ahora completamente musicalizada con canciones de El Mató a un policía motorizado. Ambientada en un entorno urbano, la serie muestra la decadencia económica argentina y la imposibilidad del futuro.

Para cerrar las recomendaciones más de ficción vamos con tres películas casi que diría ineludibles: Pizza, birra y faso, El bonaerense y Un Oso Rojo. La primera tiene un vínculo muy claro con Okupas ya que se centra en la juventud argentina, que no parece tener horizonte posible de realización en un contexto de precarización laboral y desempleo creciente, y esta a su vez con El Bonaerense, que muestra que, ante un contexto que no ofrece salida, la opción que se le presenta los jóvenes es el delito o formar parte de las fuerzas represivas del estado, mostrando además que las fronteras que dividen un mundo del otro muy porosas. Quizás podríamos agregar como complemento Buena Vida Delivery, el antecedente de Rappi, Glovo, Pedidos ya y demás plataformas de entrega puerta a puesta.

Cerremos con Un oso rojo, que es el reflejo de la violencia que un modelo de exclusión social como el implementado en Argentina en esos años fue engendrando en la sociedad, que se va acumulando presión como una olla hasta que de pronto estalla sin que sea posible mitigar el daño.

Dejemos por acá, existen muchas más cosas para ver, para leer, para escuchar, pero espero que esta selección arbitraria de productos culturales, algunos más históricos, otros más ficcionales, te sirvan para comprender el 20 de diciembre del 2001.