Ayer por la tarde enterraron en la provincia de Tucumán a Claudio Adrián Sánchez, el trabajador de 28 años que falleció el jueves tras agonizar nueves días, luego de que un policía de la Federal le disparara un tiro en el cuello cuando el joven se bajó de su moto, a la que se le había activado la alarma, y de mostrar sus papeles.

El abogado de la familia de la víctima, Javier Lobo Aragón, adelantó que pedirá la detención del uniformado porque se trató de un “homicidio agravado por su condición de policía”, y remarcó que “los videos que conseguimos desmienten la versión policial que sostiene que Adrián se resistió.

La realidad es que fue una ejecución”. Para el letrado, “es grave que el policía no haya quedado detenido. El código procesal de la provincia establece que hasta que se investigue, más en un hecho con armas de fuego, el fiscal tiene diez días para resolver la situación procesal. Y el fiscal, a los dos días lo dejó en libertad”.

El hecho ocurrió el martes 6 a las alrededor de las 22.30, cuando Sánchez, padre de dos niños pequeños y empleado con diez años de antigüedad en la empresa de televisión digital CCC, circulaba con su Honda Twister roja por la avenida Francisco de Aguirre, en Villa 9 de Julio, al norte de la capital.

“El venía andando y se detiene porque a la moto se le dispara la alarma. Se le prenden y a apagan las luces, y el se baja tranquilo. En un video se ve claramente que en ese momento viene corriendo desde la esquina un individuo de civil que le grita que se haga a un costado. Se ve cómo Adrián sube el cordón de la vereda, se identifica y después se levanta la remera. Lo lleva hacia el costado donde hay unas columnas y le pega un tiro”, explicó el letrado.

El disparo del efectivo Víctor Hugo Cuezzo, de 27 años, le pegó en el cuello al joven, que quedó tendido en el piso gravemente herido.

En su descargo, el policía federal que revista en Salta y estaba de franco, dijo que disparó para defenderse porque Sánchez tenía un arma.

Al respecto, el abogado de la víctima contó que si bien es cierto que el joven llevaba un arma en la cintura, de la que es legítimo usuario, la tenía encima porque la había estado limpiando al momento de salir de su casa y no la había querido dejar porque estaban sus hijos.

En el video, tomado de una cámara de seguridad situada enfrente del lugar donde ocurrió el hecho, “ninguna imagen lo muestra intentando sacar el arma”.

“Como él y su mujer trabajan, ella había conseguido trabajo hace poco, contrataron una niñera para cuidar a sus hijos. El sale de su casa para acompañar a la niñera a tomar el ómnibus porque la mujer no conocía la zona, y se lleva el arma por precaución, para que no quedara al alcance de los chicos. Y el video echa por tierra la versión policial porque se ve que él nunca intentó sacar el arma. No hay ni un gesto de agresión ni de resistencia”, explicó Lobo Aragón.

“La versión que dan es que alguien dice que estaba robando la moto porque la alarma estaba sonando y el policía salió corriendo porque lo dio por cierto. Pero las imágenes que conseguimos a pulmón con la familia muestran una versión distinta. No hubo ni robo ni agresión”, agregó el letrado, quien advirtió que la escena del hecho fue modificada.

“Hay otro video donde se ve a un policía que está mostrando el arma puesta al costado, sobre la vereda, con el joven tendido en el suelo, cuando él nunca extrajo el arma. El levantó las manos y le pegaron un tiro”.

Para el letrado, no hay dudas de que fue “una ejecución. Plantaron el arma al costado mientras el chico estaba tirado malherido”, afirmó, y señaló que “si no estuvieran estas imágenes que son un testigo fundamental para la causa el policía quedaría indemne porque hubiera quedado la versión que quisieron instalar de que era un ‘motochorro’”.

“Era un chico que trabajaba hace diez años haciendo instalaciones de cable, en la misma empresa en la que trabaja hace 30 años su padre y un hermano, al que ejecutaron, y que tras agonizar diez días en un hospital, hoy (por ayer) van a enterrar”, agregó.

Las primeras actuaciones fueron realizadas por la comisaría 5ª y la causa caratulada como abuso de arma de fuego. El juez subrogante Facundo Maggio, del Juzgado III, evaluó que no había riesgo procesal porque Cuezzo se había quedado junto a la víctima hasta que llegó la Policía.

Después, contó Lobo Aragón, “la causa fue remitida a la Fiscalía Especializada en Homicidios, a cargo de Adriana Giannoni, y voy a solicitar la prisión preventiva del policía”.