Ante la victoria categórica, el exministro de Economía de Morales le restó importancia a las protestas contra los resultados electorales ocurridas el martes por la noche en las ciudades de Oruro, Cochabamba, Sucre y Santa Cruz.

El virtual presidente electo de Bolivia, Luis Arce, del Movimiento Al Socialismo (MAS), se mostró este miércoles confiado en que los cuestionamientos a los resultados electorales son “marginales”, al tiempo que crecen las criticas en la región a quienes el año pasado denunciaron un fraude electoral a favor de su partido y el entonces mandatario Evo Morales.

Con el 88,76% de las actas computadas, la candidatura de Arce se imponía con el 54,52% de los votos, casi 25 puntos porcentuales por encima del expresidente Carlos Mesa (29,26%) y más de 40 del líder cívico santacruceño Luis Fernando Camacho (14,11%), según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Ante esta victoria categórica, el exministro de Economía de Morales le restó importancia a las protestas contra los resultados electorales ocurridas anoche en las ciudades de Oruro, Cochabamba, Sucre y Santa Cruz.

“Son grupos felizmente marginales, no es una gran mayoría porque quedó demostrado, luego del resultado de las elecciones, que no son la mayoría”, dijo Arce en una entrevista con el canal de televisión local Cadena A.

El candidato masista lamentó que estos grupos “no acepten la derrota” que, a su juicio, fue “muy contundente” y recurran a estas acciones “que recuerdan a octubre del año pasado”, en referencia al levantamiento popular, policial y militar que desataron las denuncias de fraude en los comicios de 2019.

Este levantamiento terminó forzando a Morales a anular los resultados, que le daban la victoria, y, finalmente, a renunciar a su cargo y denunciar un golpe de Estado.

“Este tipo de cosas lo único que hacen es mostrar quiénes son los violentos”, sentenció Arce.

En las manifestaciones, que tuvieron lugar anoche en algunas ciudades del país, los líderes expresaron sus dudas sobre la transparencia en el recuento de votos e incluso hablaron de “fraude”, aunque sin presentar pruebas al respecto, reportó la agencia de noticias Europa Press.

En ese sentido, el ministro de Gobierno de facto, Arturo Murillo, instó al órgano electoral a dar “certidumbre” sobre los resultados electorales del pasado domingo, a la vez que afirmó que no se tolerarán brotes de violencia.

“Es importante que el TSE le de certidumbre al país, porque estas movilizaciones pueden generar violencia”, advirtió el funcionario, quien estimó que a la autoridad electoral le falta “claridad”, aunque tanto la presidenta de facto, Jeanine Áñez, como el candidato Mesa ya aceptaron la victoria del MAS.

El presidente del TSE, Salvador Romero, respondió hoy pidiendo tranquilidad e insistió en que las comicios fueron transparentes.

“La jornada electoral fue limpia, el cómputo es transparente, por lo tanto, exhortamos a toda la ciudadanía a aguardar con tranquilidad los resultados (finales)”, manifestó.

El triunfo del MAS en Bolivia, que volverá al poder pese a la crisis política que golpeó al país tras los comicios y el golpe de Estado del año pasado, llevó a diferentes actores regionales a cuestionar las acusaciones de fraude que derivaron en la anulación de dicha contienda electoral y la salida del poder de Morales.

La votación de octubre de 2019 fue invalidada luego que una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) estableciera que hubo una “manipulación dolosa” en favor del entonces presidente Morales (2006-2019), lo que desató violentas protestas y una rebelión militar que obligaron al gobernante a renunciar para asilarse en México y después en Argentina.

El Grupo de Puebla y el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) solicitaron hoy a la OEA la remoción de su secretario general, Luis Almagro, por el “papel desempeñado en el marco de las elecciones de Bolivia de 2019” y “las relaciones excluyentes que mantiene con otros países del área”, según dos comunicados publicados en sus redes sociales.

La Celag cotejó los resultados de 2019 y de 2020 en los puntos electorales denunciados por la OEA y concluyó que el apoyo para el MAS fue incluso mayor en estas últimas votaciones.

“El porcentaje medio de apoyo al MAS-IPSP en 2019 fue del 91,6% mientras que en 2020 fue incluso mayor, con un 97%”, destacó la carta enviada a los cancilleres de los países miembros de la OEA.

Para el Grupo de Puebla, los resultados de las recientes elecciones también confirmaron lo que varios estudios de centros de investigaciones internacionales señalaron en los últimos meses.

“No hubo fraude en las elecciones de octubre del 2019 y Morales se hubiera debido posesionar como Presidente legítimo de Bolivia si la OEA, en su condición de observador, no hubiera desconocido dichos comicios”, explicó el documento.

También el Gobierno de México puso en duda la labor de la OEA y acusó a Almagro de “lastimar la democracia”, a la vez que le sugirió “someterse a un proceso de reflexión y autocrítica”.

En una línea similar, el propio Morales ratificó hoy que “no hubo fraude” en la contienda electoral del año pasado y pidió la salida del titular de la OEA.

“Si Luis Almagro tuviera algo de ética y moral debería renunciar a la OEA”, sostuvo Morales en una entrevista con El Destape Radio, en la que lo señaló como “responsable del golpe” de Estado.

La renuncia de Morales y la asunción de un Gobierno de facto en Bolivia derivaron en una persecución política a simpatizantes y funcionarios del MAS, de los cuales muchos tuvieron que abandonar el país o refugiarse en embajadas extranjeras.

Hoy Arce adelantó que dará salvoconductos a los exfuncionarios del Gobierno de Morales que permanecen aún en sedes diplomáticas, algo que el Gobierno de facto se negó una y otra vez.

“Ellos definirán qué hacer, no puedo decirles qué hacer, pero como entendemos que pidieron un salvoconducto, en aplicación de la normativa internacional se los vamos a dar”, prometió el futuro presidente de Bolivia.