Nota realizada por la Lic. Natalia Tuerdousky (@nutricionistanataliatuerdousky), nutricionista integrativa MP 1760.

Hace tiempo se habla de la existencia de un segundo cerebro, el intestino. Esto se debe a que se ha descubierto que un intestino dañado puede desencadenar procesos inflamatorios y desarrollar otras patologías como diabetes tipo 2, obesidad, intolerancias, trastornos de la piel, entre otros.

Los motivos por los que puede dañarse este órgano son el estrés, la toma de medicamentos sobre todo antibióticos, antiácidos y corticoides así como una mala alimentación.

Podemos sospechar un mal funcionamiento por síntomas como dolores de cabeza recurrentes, dificultad para bajar de peso, manifestaciones en la piel, alteraciones en la evacuación intestinal.

Para revertir esto hay que implementar un programa alimentario que recibe el nombre de 4R. Son 4 etapas, una de exclusión alimentaria dónde algunos de los alimentos retirados son el gluten y los lácteos. Otras dos etapas de suplementar y una cuarta de reintroducción alimentaria.

Luego llevar una dieta saludable. Si podemos tener huerta en casa, genial, tratar de manejarnos con lo orgánico y lo de estación que es más nutritivo.

Al encontrarnos en verano disponemos de gran variedad de frutas y verduras, una vez al día como mínimo consumir frescos para aprovechar su fibra. Frutos secos, semillas, cereales integrales como arroz yamaní, quinoa, trigo sarraceno, legumbres, lácteos si son bien tolerados sino optar por los de origen vegetal como la leche de almendras y los untables de cajú, huevo, carnes magras. Evitar azúcar y reducir consumo de sal, en lo posible utilizar rosada o marina y agregar al plato servido.

Para mis pacientes que se encuentran en España y resto del continente europeo, allí transitan el invierno, preparaciones como guisos, estofados con buena cantidad de verdura y carne, poca legumbre o cereal. Realizar tres a cuatro comidas. Consumir quesos, olivas, fruta ideal dos por día, frutos secos, jamón cocido o crudo, pescados y galletitas preferir de arroz integral, espelta u otras harinas integrales.

No olvidar hidratarse bien y realizar ejercicio físico al menos 150 minutos por semana.