La Cámara de Diputados mexicana ha dado luz verde a la presencia del Ejército para garantizar la seguridad pública en las calles hasta el 2028, tras una controvertida reforma constitucional promovida por el presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Hasta ocho horas de arduo debate han necesitado los parlamentarios para aprobar la propuesta por 339 votos a favor, 155 en contra y dos abstenciones.

Pese a las protestas en las calles, la mayoría gubernamental del partido Morena obtuvo el apoyo de sus aliados (los partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y el del Trabajo (PT), y los diputados del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI).

México refuerza su militarización entre los temores de varias oenegés, y el escándalo por la gigantesca filtración de información militar clasificada, perpetrada por los piratas informáticos Guacamaya, que ha sacudido a diversos países de América Latina.

Amnistía Internacional ha recordado que las Fuerzas Armadas mexicanas han cometido numerosas violaciones de los derechos humanos.

Aunque el presidente López Obrador prometió durante la campaña, devolver los soldados a los cuarteles, justifica la medida para hacer frente al crimen organizado.