Raúl Giménez, el padre del menor que el pasado sábado fue herido al ser alcanzado por perdigones disparados por una escopeta, en medio de una disputa entre vecinos, brindó una entrevista al ciclo televisivo “La ciudad” de El Eco Multimedios y amplió la información sobre el triste hecho.

Como se informó oportunamente, quienes habitan la vivienda de Quintana al 2000 donde transcurrió el episodio, de apellido Scafide, golpearon al padre de los hermanos Luis Miguel y Carlos Martínez el viernes pasado. Entonces, los hermanos decidieron amedrentar a sus vecinos con disparos efectuados con una escopeta. En el interior de la precaria vivienda se encontraba de visita Raúl Giménez, quien recibió las heridas más graves, producto de los perdigones que le impactaron desde una distancia muy corta.

Luis Miguel y Carlos Martínez, por lo ocurrido en la violenta mañana del sábado, quedaron imputados en la causa que fue caratulada como “Lesiones leves y tenencia de arma”, tras la denuncia que realizó Juan Marcelo Scafide. Interviene la UFI 8 a cargo de Boris Barisic.

El Código Penal argentino, en su artículo 90, explica el delito de lesiones prescribiendo que “se impondrá reclusión o prisión de uno a seis años, si la lesión produjere una debilitación permanente de la salud, de un sentido, de un órgano, de un miembro o una dificultad permanente de la palabra o si hubiere puesto en peligro la vida del ofendido, le hubiere inutilizado para el trabajo por más de un mes o le hubiere causado una deformación permanente del rostro”.
Graves secuelas
Como consecuencia de las lesiones sufridas en el rostro, el niño de 9 años fue derivado al Hospital Materno Infantil “Don Victorio Tetamanti” de Mar del Plata para su atención, pero en el centro asistencial no pudieron evitar que finalmente perdiera un ojo pese a los esfuerzos de los profesionales de la salud.

“Tienen que operarlo para sacarle los dos perdigones alojados en el ojo. Lunghi ha colaborado con nosotros con toda la parte médica”, destacó Giménez. El menor herido se encuentra estable y sigue internado en Mar del Plata, pero hoy podría ser trasladado a Tandil para continuar su recuperación.

Sin respuestas de la Justicia

Preocupado por la resolución del caso, el hombre manifestó que los responsables del disparo se hallan en libertad y no hay respuestas por parte de la Justicia. “Estos chicos andan sueltos. Yo no puedo irme a ver a mi hijo tranquilo porque ellos siguen dando vueltas por el barrio, la policía no los puede aprehender porque no tienen orden de detención”, argumentó, y expuso que debido a la feria judicial le comunicaron que las actuaciones están suspendidas hasta el 30 de julio.

No obstante, Giménez detalló que a pesar de esto, debería haber fiscal y juez de turno para intervenir de oficio. “El viernes (por hoy) van a informarme cómo va la causa, pero yo pedí que hagan algo para saber qué pasó. Los responsables siguen como si nada. En vez de estar en Mar del Plata, tengo que estar acá porque tengo más hijos y me da miedo que se repita. Quiero justicia”, se explayó.

“No quiero hablar de más pero me parece que la Justicia de Tandil se está equivocando, no se pone mi camiseta. Mi nene está con psicólogos, perdió su ojo. Será un proceso larguísimo para que se recomponga”, señaló.

Durante la entrevista, el padre del menor hizo hincapié en la naturalidad con la que las personas implicadas en la causa se desenvuelven después del hecho y hasta remarcó que “me tengo que quedar quieto, viendo cómo salen a vender papa, como si nada hubiera pasado”.

“Si yo hago justicia por mano propia, me llevan detenido; pero a ellos no. No es lo que quiero hacer, pero eso me demuestra que la Justicia no funciona para todos entonces”, cerró el hombre.

Eleco.com