Por Lara Franco.

Ana Clara Manera, más conocida como la “Q” y Martín Umerez formaron un espectáculo que no para de viajar. Apostaron su vida a las acrobacias de dúo, superaron las mil funciones, recorrieron 32 países, 4 continentes y realizaron más de 170 festivales maravillando al público.

Se identifican como dos viajeros nómades. Comparten su vida entre Mar del Plata y el mundo, investigan, practican y juegan con su cuerpo, produciendo espectáculos de gran calidad que generan millones de sonrisas en cada show. Tienen un hijo, Lin, que a su corta edad aprendió palabras en otros idiomas. Hoy, en MdpYa, Mano a Mano Circo, una familia viajera, un sueño hecho realidad y un análisis de la cultura artística en el plano local y las peripecias de una vida viajera.

MdpYa: ¿Cómo se formó cada unx para llegar hasta aquí, y cómo nació Mano a Mano Circo?

Q: Yo empecé desde chiquita con danza clásica en Mar del Plata, fui parte de la Escuela Municipal de Danzas clásicas y a los 9 me pasé a la gimnasia artística, quería algo mas acrobático y menos estructurado a nivel rodete, medias y todo lo que conllevaba. Esto me dio una base física que después claramente utilice muchísimo en el mundo del circo. A los 16 dejé la gimnasia y pasé por distintos lugares como danza y capoeira, hasta que empecé con un taller de circo con Cristina Rivas y encontré la unión perfecta entre lo acrobático que tanto me gustaba, lo artístico y lo creativo. Nunca me gustó mucho la competencia y fue en el circo donde me sentía muy bien y feliz.

La Q estudió fotografía en la Malharro y más tarde decidió irse a Buenos Aires para hacer la escuela de circo y la escuela de cine, pero el circo invadió todo y le presentó también a su compañero de vida: Martín.

Q: A partir de ese encuentro y cuando terminamos la escuela decidimos crear nuestro primer espectáculo de circo callejero para salir a viajar por el mundo. Los dos éramos amantes de los viajes y de la vida nómade y teníamos ganas de llevar las sonrisas a la calle.

Martín: En 2003 arranqué a hacer malabares en un taller de la Casa de la Juventud en Vicente López (Bs As) y fue mi primer contacto con el circo. Previamente me gustaban las actividades físicas como jugar al futbol, el vóley y el handball, pero a nivel destreza tenia una nula formación. Me fui enamorando del mundo circense y empecé a sumar clases y talleres por el conurbano de Buenos Aires. Pasé por convenciones de malabares en Córdoba, Chile y Mendoza, hasta que, con este amor, placer y disfrute de pasar tiempo entrenando, hice la audición para la escuela de circo de la Arena en 2007, ahí nos conocimos con la Q.

En la Escuela de Circo hubo muchas disciplinas: danza, teatro, acrobacia, talleres de trapecio, palo chino y mano a mano. Ambos artistas coincidieron en el palo chino y la acrobacia de dúo, al finalizar la formación armaron un espectáculo con la intención de viajar por el mundo. En 2010 se fueron a Europa con una camioneta para hacer el espectáculo Kinematos, con el cual recorrieron 35 países e hicieron mas de mil funciones.

MdpYa: ¿Cuánto y cómo entrenan para estar a tono con la disciplina?

Q: Con el correr de los años fue variando, cuando empezamos pasábamos muchas horas entrenando por día, descubriendo los elementos y las disciplinas, luego cuando estamos de gira el entrenamiento era hacer funciones todos los días y con eso el cuerpo se iba manteniendo. Cuando volvíamos a Argentina encontrábamos momentos para entrenar y tomar talleres o clases.

Martín: Con el pasar del tiempo y el nacimiento de nuestro hijo, Lin, a veces cuesta más encontrar los espacios para entrenar. Nos hicimos una casa en Mar del Plata con nuestro propio galpón para entrenar, y así intentamos entrenar una vez por semana, pero no siempre lo cumplimos.

También, hay espacio para lo creativo. Pasamos mucho tiempo en la investigación, que no es lo mismo que el entrenamiento. Este verano estaremos creando Barlovento 2, un espectáculo de sala que tenemos con otra compañía.

Por otro lado, ambos artistas aseguran ser “muy físicos”. La Q cuenta que practica yoga para mantener su envidiada elasticidad, a esto se suma el surf para mantener un cuerpo en forma. Martín asegura que a la hora de entrenar no hay una disciplina de hacer preparación física extensiva como ejercicios de fuerza o abomínales, sino ir al grano: entrenar la técnica, hacer una entrada en calor y poner el cuerpo a disposición de su disciplina, el palo chino.

MdpYa: ¿Sienten que en Mar del Plata se le da importancia a la cuestión artística? ¿Hay en plazas o lugares de deportes, sitios para practicar con el palo chino?

Q: No, lamentablemente tenemos una ciudad que tiene una gestión cultual muy floja, sobre todo con artistas locales. La secretaria de cultura esta desmantelada y la verdad que no hay inversión en el área de cultura, no hay proyectos ni convocatorias. Es triste porque hay muchísimos artistas muy buenos, pero es difícil encontrar el espacio y la voluntad política de que haya un crecimiento de la cultura. El arte independiente guerrea y saca cosas maravillosas a partir de la autogestión, pero falta mucho.

Sobre lugares para practicar no hay. El año pasado se abrió “La Calesita” en Colón y Dorrego, ahí se están juntando artistas de circo a entrenar y jugar, lo que pasa es que montar y desmontar un palo chino es un esfuerzo, también en Mar del Plata entrenar al aire libre es complejo, dependes del día, el frío, la lluvia y el viento.

Otro espacio para entrenar es el Espacio Unzué, pero este verano no sabemos qué va a pasar. No todos los lugares cuentan con lo que se necesitan para el circo, como es la altura o puntos de anclaje.

Martin: Hoy con esta gestión hay una incertidumbre absoluta en el Espacio Unzué porque no bajan presupuesto ni se sabe qué va a pasar. Realmente no se sabe si se va a poder seguir entrenando como se hizo durante estos años.

Q: No hay en Mar del Plata espacios de circo acorde, no hay galpones de entrenamiento a nivel municipal como si los hay en Rosario con la Escuela de Circo Municipal, en Buenos Aires también hay muchos galpones independientes en donde nosotros realizamos la formación. Faltan espacios gratuitos, públicos o privados. Hay muchos artistas que se dedican a hacer espectáculos, pero no a la docencia o a plantear un galpón de circo que realmente nos nuclearia, hay sed y necesidad, pero esta es la realidad que nos toca.

Martín: Esta situación nos empujó a construir nuestro propio galpón para entrenar con amigues, montar y desmontar el palo chino todo el tiempo con un hijo es complicado. Tal vez algún día abramos las puertas para dar seminarios, pero por ahora es muy resiente, nos mudamos hace poco y es parte de nuestra casa.

MdpYa: ¿Cómo es el proceso de viajar a recorrer el mundo, con un palo chino y un hijo?

Q: Ya son 11 años que nos vamos a Europa a hacer la temporada, hacemos giras de 5 meses en donde hacemos un montón de funciones en distintos países. Disfrutamos mucho de esta vida viajera, tenemos una casita con ruedas en donde viajamos y dormimos ahí. Es una vida intensa, con muchas emociones, subidones y bajones de muchas funciones, tenemos la suerte de trabajar en contextos festivos en donde la gente va a disfrutar, a compartir y suelen ser momentos inolvidables. Recorrer el mundo te da un panorama de las distintas culturas,  sabores, bailes y peculiaridades de cada país. Hay mucho aprendizaje.

Trabajamos en Corea, Japón, Australia, aprovechamos viajes asiáticos a trabajar, pero también a descansar y recorrer. Disfrutamos mucho de programar estos viajes y de hacerlos realidad, también disfrutamos de volver a nuestro nido, Argentina, a nuestro lugar, a compartir con nuestra familia, amigos y nuestras bases, es una vida particular, tenemos una doble vida y vivimos acá, pero es donde menos trabajamos, lo que hacemos acá es por amor y solidaridad, por empatía, gusto y placer, pero a nivel económico es difícil en Argentina poder vivir de esto, no hay un mercado abierto y productivo que nos incluya y nos de un trabajo estable, por eso encontramos esta formula de trabajar afuera pero seguir viviendo acá, en Mar del Plata encontramos la creación y la programación de la vida de allá.

Martin: Hay algo particular que cuando estamos acá estamos mas libres de tiempo, y podemos organizar la agenda, en cambio cuando estamos de viaje estamos atados a esa agenda en donde tenemos que cumplir con festivales, trabajando a pleno, es al revés de la mayoría de la gente que trabaja en su casa y se va de viaje de vacaciones.

En cuanto a viajar con nuestro hijo se fue dando bastante armónicamente, hemos tenido alguna experiencia mas complicada pero ha sido siempre un placer viajar en familia. Lin lleva 3 temporadas, la primera la hizo a los 6 meses, la segunda al año y medio y la tercera a los dos años y medio. Las últimas dos temporadas viajamos con una abuela, lo cual ayuda un montón y descomprime, para él también es una experiencia, a veces puede ser agotador tener que estar decodificando lugares nuevos, pero también es un incentivo infinito. Muchas primeras palabras las aprendió en otro idioma, yo creo que a nivel cultural es super rico para este momento de su desarrollo.

Q: Es muy intenso viajar con un niño pero es muy gratificante. En su primera gira teníamos ciertos miedos, estaba el momento Covid, pero un osteópata nos comentó que, si hay disfrute, el hijo percibe y transmite, mantener la buena onda y los objetivos de vida es fundamental, sea en este caso viajando y compartiendo el placer por los desafíos para seguir creciendo.

  • Viajar con un palo chino es un desafío, es un hierro grande y pesado, hay muchas maletas de puntos de anclajes, mosquetones y fierros, en cada viaje es un desafío que pase todo por el avión, fuimos diseñando diferentes palos, hoy viajamos con 3 maletas de 23 kilos que hacen al palo chino.

Al llegar al destino hay que estar atento de colocar bien los anclajes porque nada puede fallar, está en riesgo tu vida y la del público, es un aparato pesado y desafiante, y a su vez es una estructura sencilla, es un mástil que se ancla a 6 metros de altura y genera mucha expectativa en la audiencia, es un elemento muy noble con muchas posibilidades.

MdpYa: ¿Una anécdota de viaje que quisieran compartir?

En Macau, una isla que queda frente a Hong Kong, cuando terminamos de trabajar teníamos que viajar a otro punto de Brasil, y viajamos en avión y nuestra escenografía no vino en avión, sino por un medio privado que nunca llegó con nosotros. A través del seguimiento nos dimos cuenta que lo habían mandado a Portugal con otra compañía.

Teníamos que hacer la gira por San Pablo y no teníamos palo chino ni baúl, asique empezamos a averiguar y terminamos alquilando un palo chino que no estaba muy bueno, pero logramos adaptarlo, baúl no conseguimos porque lo que usábamos era algo creado específicamente para el show. Improvisamos una función sin ese baúl que para nosotros era fundamental, pero ahí descubrimos que lo fundamental sólo es uno, la salud, los cuerpos y la buena onda. A partir de ahí nunca mas usamos el baúl porque pesaba 32 kilos, la función pudo ser sin el baúl y dijimos listo, somos nosotros y el palo.

El baúl quedó en Brasil, el palo chino ahora viaja con Mano a Mano Circo y es desmontable, para evitar cualquier problema. Las sonrisas son fijas porque esta familia decidió viajar y aprender de culturas y experiencias. Un sueño que comenzó con dos personas se multiplicó: ahora son tres o más, porque una abuela ayuda en la crianza y el cuidado, y un sueño marplatense se eleva, se multiplica y se comparte, porque la cultura, el arte y la buena onda, siempre son la base para ganar amigues e historias para contar.