Momentos de mucha tensión se vivieron este jueves por la mañana en la vereda de los tribunales de Cipolletti, provincia de Río Negro, cuando al término de una esperada audiencia que ventiló un terrible caso de maltrato animal, los familiares del acusado y las proteccionistas se cruzaron a la salida. Allí hubo insultos y empujones, y casi terminaron a los golpes, en medio de las pancartas que sostenían algunas mujeres que defienden la vida de los animales.

El hecho que se juzga ocurrió el pasado 22 de mayo, cuando el imputado, Jonathan Jara, intencionalmente ató a Estelita, su perra galga, por el cuello con una soga, y la arrastró un buen trecho, mientras circulaba en un auto Volkswagen Gol, por la Ruta 65, desde Cipolletti a Fernández Oro. Dos taxistas advirtieron su conducta y se la reprocharon en el acto.

Por el hecho, Estelita tuvo que ser asistida en una veterinaria; y a causa de los golpes que sufrió, tuvo una falla hepática severa que en 24 horas le provocó la muerte. Su deceso ocurrió el 4 de agosto, después de dos semanas de agonía.

“Es un acto de crueldad animal grave, producido con el solo hecho de causarle sufrimientos innecesarios y el solo ánimo de perversidad”, sostuvo la fiscal Rocío Guiñazú.

Las proteccionistas revivieron con profundo dolor y tristeza la pérdida irreparable de Estelita, pero a la vez celebraron que la Justicia haya avanzado con una formulación de cargos.

“La acusación es un precedente para los perversos que ejercen crueldad a los animales con impunidad”, sostuvo María Acosta, una de las voluntarias que trabaja en el refugio de la Isla Jordán, y que asistió a la audiencia.

LMN