“Si tenemos que elegir entre la salud de nuestros hijos y la libertad, claramente vamos a elegir la salud de nuestros hijos”, así respondieron las Madres que se Plantan -el grupo de mujeres rosarinas que producen aceite de cannabis para el tratamiento de sus hijos- al último fallo judicial que les impide seguir con el autocultivo . Hasta el viernes pasado, contaban con el visto bueno de la justicia de primera instancia.

La Cámara Federal de Apelaciones de Rosario revocó la medida cautelar otorgada por la jueza de primera instancia Sylvia Aramberri, que les permitía cultivar sus propias plantas para la producción de aceite de cannabis. “Nuestra lucha está llena de amor, solo podemos pensar en el bienestar de nuestros hijos”, agregaron ayer en una conferencia de prensa desde donde repudiaron el fallo.

La abogada que acompaña a las madres explicó que el fallo de la Cámara de Apelaciones es completamente “inconstitucional” y que respalda el “saber académico hegemónico de espalda a la experticia de la madres”. “Dice que el planteo de las madres es una alocada aventura para darle a sus hijos un medicamento ilegal que fabrican en el domicilio sin ningún tipo de control estatal. Y esto es absolutamente falaz”, remarcó la letrada que acompaña a las madres desde Rosario.

Según explicó la abogada, el aceite que producen las madres está testado por la Universidad Nacional de Rosario, a través de la Facultad de Ciencias Bioquímicas. “La academia tiene que estar al servicio de las madres y no al revés. El hecho de negarse a escuchar a las madres demuestra el retroceso del derecho”, sostuvo y finalizó: “Los derechos se ganan en la calle, atraviesan la puerta de los tribunales y de ahí no se retrocede”.

Otras de las madres dejó en claro que este es un obstáculo que deberán sortear en la Corte pero que jamás volverán a estar peor que antes de conocer el efecto del cannabis en la salud de sus hijos. “Nosotras no nos bajoneamos con esto. Bajón era la vida antes de este tratamiento donde no había droga legal que estabilizara a nuestros hijos. Bajón era ir cada quince días a una guardia a buscar un médico que nos pueda decir algo distinto a lo que ya nos habían dicho todo los médicos”, dijo emocionada una de las amparistas.

“Llegamos acá travesadas por el dolor, no porque estamos aburridas. Estamos acá porque encontramos una solución en algo que no es legal y no está permitido pero sobre lo que hay mucha información y hay mucha gente disputa a ayudar”, dijo por último. Las madres ya advirtieron que apelarán el fallo para que sea la Corte quien decida sobre el destino de sus cultivos.

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