Fuerte escenario enfrentará en la justicia el mandatario actual.

Todo patas para arriba. Así utilizó Cambiemos las herramientas del Estado y en lugar de promover el empleo terminó financiando los despidos de los empresarios amigos. Eso es lo que se termina de comprobar hoy, en una investigación que publicó El Destape y en la que el macrismo puso en marcha un aceitado sistema burocrático y de recursos para abaratar los costos de las cesantías de empresarios cercanos.

Concretamente se descubrió que el Gobierno de Mauricio Macri colaboró con el pago de indemnizaciones, una especie de incentivo al despido de trabajadores, en una empresa con vínculos con Francisco Cabrera, exministro de Producción, con quien había firmado un importante contrato para la construcción de torres eólicas, en el marco del fomento de las energías renovables.

Mediante un convenio sellado este año entre Ministerio de Producción y Trabajo y la empresa Gri Calviño Towers Argentina, el Gobierno aceptó pagar 12.500 pesos, durante seis meses, por cada trabajador despedido. El equivalente a un salario mínimo vital y móvil. Según el Gobierno, se trató de una “colaboración” al abono indemnizatorio, que debería estar a cargo de la compañía que echó a 30 empleados.

Lo cierto es que se trataron de más de 2 millones de pesos que aportó el Estado nacional para que en definitiva los trabajadores se queden en la calle.

Según explicaron a este medio desde la cartera que conduce Dante Sica, en 2019 hubo un conflicto entre la Unión de Obrera Metalúrgica (UOM) y la firma en cuestión por el despido de estas treinta personas. En ese contexto, aseguraron, la Secretaría de Empleo brindó un “acompañamiento” a los trabajadores cesanteados “en el marco de su proceso de reinserción laboral”.

Este “acompañamiento” no es un seguro de desempleo, sino “un convenio especifico firmado en el marco de un conflicto existente entre la empresa y el gremio”,

Consultados por El Destape sobre la existencia de un programa formal o marco institucional que le de sustento al supuesto “acompañamiento”, no dieron prácticamente ninguna precisión. Manifestaron que no tiene un nombre oficial, así como tampoco especificaron qué presupuesto destinan para esta herramienta, o cuánto dura.

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