El cadáver de una mujer de 61 años que estaba desaparecida desde marzo fue hallado en un pozo de una vivienda rural en la localidad santafesina de General Lagos y como sospechoso del femicidio fue detenido su esposo, informaron fuentes judiciales y policiales

El hallazgo de Elsa M (61) se registró cerca de las 20 del miércoles, tras un rastrillaje que realizaron policías y bomberos en una casa rural ubicada a la altura del kilómetro 275 de la autopista Rosario-Buenos Aires, en esa localidad situada a 25 kilómetros al sur de Rosario.

En ese lugar y guiados por la brigada canina, los investigadores encontraron en un pozo cercano a un molino dos bolsas de arpillera con los restos de una mujer que estaba desaparecida desde marzo pasado.

El fiscal José Luis Caterina, de la Unidad de Flagrancia, explicó en conferencia de prensa que no había ninguna denuncia formal de la desaparición de la mujer sino que el 19 de abril el marido se había presentado en la subcomisaría de General Lagos y había manifestado que su esposa se había ido del hogar “por propia voluntad”.

El 8 de noviembre, a raíz de manifestaciones realizadas por una de las hijas, Caterina dispuso que se inicie la causa por averiguación de paradero y se estableció, por ejemplo, que la mujer tenía mucha actividad en redes sociales, pero éstas se cortaron abruptamente en marzo.

“Dijo que ella solía retirarse del hogar y que no habían tenido problemas de convivencia”, aseguró el fiscal que declaró el marido, pero cuando él empezó a interrogar a los hijos, cada uno tenía una versión diferente de lo que había sucedido.

Finalmente, el miércoles pasado a la tarde, se realizó un allanamiento en la casa del matrimonio, donde concurrieron bomberos de Rosario y de Alcorta, personal de la Policía de Investigaciones (PDI) y perros especializados en la búsqueda de restos humanos.

Cuando la Policía realizaba el procedimiento y ya se habían encontrado los restos en el pozo, llegó un hombre que se identificó como José María C. (64), quien dijo ser el marido de la mujer y confesó el crimen, por lo que quedó detenido e incomunicado.

El apresado será acusado de “homicidio calificado por el vínculo y violencia de género” (femicidio) en la audiencia imputativa prevista para mañana.

“Hay todo un cúmulo de evidencias e indicios que apuntan al detenido”, remarcó Caterina, quien detalló que en el pozo se recuperaron prendas que coinciden con las que la mujer usaba en una fotografía incorporada a la causa.

En tanto, el fiscal de Homicidios que quedó ahora a cargo de la investigación, Luis Spelta, dijo que los hijos de la víctima aseguraron que tanto ellos como su madre “eran víctimas de violencia durante la convivencia”.

Spelta explicó que todavía no se pudo efectuar la autopsia de la víctima en el Instituto Médico Forense porque el cuerpo está incompleto, lo que le hace presumir que la mujer fue víctima de una mutilación.

En ese sentido, dijo que hay que realizar análisis de ADN con los hijos para confirmar la identidad de la mujer y que se dará intervención al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para tratar de reconstruir el cadáver.

Con ese fin, se realizará un nuevo rastrillaje en el lugar del hallazgo, cuyo dueño aún no pudo ser identificado y donde la familia vivía porque le habían prestado la casa.

Según la confesión del hombre, tras una discusión en la que ambos se golpearon, él tomó una soga e hizo presión sobre el cuello de la mujer que cayó al piso, tras lo cual se fue, relataron voceros policiales.

Cuando regresó, su mujer ya no respiraba, por lo que decidió introducirla en bolsas de arpillera y tirarla al pozo.

En el lugar fueron secuestradas prendas de vestir de la víctima, una soga y un machete de 65 centímetros de largo, que serán incorporados a la causa para ser peritados.
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