El déficit primario en los diez meses transcurridos de 2022 ascendió a un billón 225.174 millones de pesos en la medición “Base caja” de la Secretaría de Hacienda, y a un billón 733.787 millones de pesos en el devengado informado por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).

Más allá de las diferencias metodológicas en las mediciones, un análisis de la evolución del gasto permite concluir que de no haber mediado el ordenamiento fiscal a partir del segundo semestre y continuado con la dinámica expansiva de la primera mitad del año, el desbalance acumulado a octubre hubiera sido superior a los dos billones de pesos.

Ricardo Delgado, presidente de la consultora Analytica, advirtió el cambio de tendencia y desde la asunción de Sergio Massa como ministro de Economía comenzó a hacer un relevamiento semanal de la situación fiscal, comprobando que en el cuatrimestre julio-octubre la caída del gasto primario en términos reales (es decir, deducida la inflación) fue de un billón 239.000 millones de pesos.

La progresión mes a mes, tanto la porcentual de la OPC como la de valores absolutos de Analytica, refleja con claridad los dos escenarios.

Enero tuvo un incremento real del déficit primario de $219.000 millones, que no hizo más que escalar en los cinco meses siguientes, hasta llegar a un billón 122.000 millones al término del primer semestre.

A partir de julio, la evolución real del gasto primario fue inversa, de tal manera que en diez meses, por primera vez en el año, la comparación interanual arrojó una baja de $116.000 millones.

La comparación mensual efectuada por la OPC reflejó un aumento real del 19% en enero, 12,8% en febrero, 16,8% en marzo, 9,8% en abril, 8,8% en mayo y 8,7% en junio.

Esos seis meses consecutivos de alzas en términos reales contrastan con los cuatro descensos consecutivos que les siguieron: -11,5% en julio, -20,4% en agosto, -15,9% en septiembre y -16,7% en octubre, con lo que el acumulado en diez meses cerró con una baja del 1,6%.

El trimestre agosto-octubre, comprendido por la gestión de Massa, mostró una retracción real del gasto de un billón 43.000 millones de pesos, de los que el 31,5% ($329.000 millones) correspondieron a subsidios económicos.