Una gran cantidad de personas se congregó en distintos puntos del país apenas se consumó la victoria por penales de la selección argentina de fútbol sobre Países Bajos.

Una gran cantidad de hinchas rodeó este viernes al Obelisco de Buenos Aires apenas se consumó la victoria por penales de la selección argentina de fútbol sobre Países Bajos, lo cual aseguró su pase a la semifinal de la Copa Mundial Qatar 2022.

Al igual que cuando la selección derrotó a Polonia y superó la fase de grupos, y cuando venció a Australia en cuartos de final, una marea humana vestida de celeste y blanco se acercó al mítico monumento porteño, ubicado en la céntrica Plaza de la República.

Previendo el popular festejo, la Policía de la Ciudad desplegó, desde antes de inicio del partido, un amplio operativo de seguridad en las inmediaciones y dispuso un vallado sobre la avenida Corrientes para dar seguridad a los hinchas.

El operativo incluyó personal policial de comisarías porteñas y de las áreas de investigaciones, informaron desde la Policía de la Ciudad a Télam.

Las primeras personas en llegar a la zona de los festejos se anticiparon y vieron el partido en los bares de la zona.

El tránsito vehicular sobre la avenida Corrientes se vio interrumpido por el vallado y los carriles del Metrobus de la avenida 9 de Julio por los y las hinchas que avanzaron por esa arteria.

El nombre de Lionel Messi se destacó en las espaldas de las y los eufóricos simpatizantes que, felices con el resultado, avanzaron sobre la zona con orgullo por “la Scaloneta”, haciendo sonar bombos, cornetas y trompetas. Muchos de ellos lucieron gorros tipo Piluso, rostros maquillados con los colores celeste y blanco y banderas argentinas colgadas del cuello.

En la zona, a pocos instantes de la victoria, el clima ya estuvo marcado por la algarabía, los cánticos y las altas temperaturas de diciembre.

Mientras avanzaban, con pasión por la camiseta y “mucha ilusión” por seguir el camino a la final, las y los hinchas cantaron al unísono “muchachos, ahora que nos volvimos a enamorar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial”, en referencia al nuevo tema que, desde que comenzó el mundial Qatar 2022, la hinchada argentina sumó para alentar a la selección nacional, inspirada en el tema del grupo musical La Mosca.

Mientras tanto, en las inmediaciones de las pantallas gigantes instaladas por el Gobierno porteño en la plaza Seeber, de las avenidas Del Libertador y Sarmiento, el Parque Centenario y el Parque de la Ciudad, podía verse el mismo espectáculo festivo inspirado en la victoria del seleccionado argentino de fútbol.

En una jornada donde las altas temperaturas impactaron sobre la Ciudad, eso no pareció importarle a las personas que se acercaron al parque Seeber para alentar al combinado dirigido por Scaloni.

En los cuatro puntos de hidratación se armaron largas filas de personas que buscaban llenar sus botellas de agua.

Por las altas temperaturas, muchas personas prefirieron refugiarse bajo la sombra de los árboles ubicados a los costados de la pantalla gigante y seguir las instancias del partido desde allí.

El verde palermitano también estaba intervenido por los colores celeste y blanco de las camisetas de Lionel Messi, Ángel Di María y Julián Álvarez.

Los más pequeños llevaban máscaras de Messi, un elemento que se popularizó en este Mundial, mientras un grupo de payasas maquillaban a los niños y niñas presentes con los colores celeste y blanco.

Durante los primeros treinta minutos, el clima en Palermo era de nervios, expectativa y seriedad porque los simpatizantes miraban con cierto temor el juego del equipo dirigido por Louis Van Gaal, pero también se festejó cada anticipo de Cristian Romero, Lisandro Martínez y Nicolás Otamendi.

Y si bien todos estallaron con los dos goles argentinos, en los pies de Molina y Messi, los nervios se descomprimieron recién hacia el final porque nadie olvidaba que Países Bajos es Países Bajos, equipo hidalgo que metió presión hasta el último minuto del alargue del partido, y de los penales.

Entre los presentes también había una gran cantidad de extranjeros que cambiaron su piel por “la celeste y blanca”.

Martha, una turista española que llegó el fin de semana al país, afirmó a Télam que “es una experiencia muy interesante esta de ver los partidos con mucha gente. Particularmente no me gusta el fútbol, pero esto es muy emocionante”.

Ruth, una estudiante israelí que vestía la camiseta de Rodrigo de Paul, dijo a esta agencia que es “la tercera vez” que viene al fan fest, “y la verdad es que está muy bueno porque no solo disfruto del fútbol sino también de pasar el tiempo con mis amigos”.

La esperanza albiceleste sigue su marcha en Qatar acompañada por todo un país.