La Justicia marplatense llevará adelante mañana a las 14 los peritajes que pidió realizar el abogado Julio Razona sobre los restos óseos que fueron hallados este domingo el barrio Acantilados para determinar si corresponden a Fernando Lario, el arquitecto que permanece desaparecido desde el 7 de julio de 2012.
El letrado que representa a la familia del docente de la UNMDP fundamentó el pedido, que tiene lugar a pocas semanas de la realización de otros estudios requeridos y que aportaron resultados de cotejo negativos, al sostener que la investigación se centra “desde hace más de un año en esta zona“. “En este sector se hicieron inspecciones oculares y hasta se han secuestrado automóviles siniestrados en busca de restos”, recordó, en diálogo con el portal elmarplatense.
Razona explicó que, en el caso de que se puedan establecer “cinco coincidencias” con diferentes aspectos a analizar en los restos hallados, se podrá dar lugar a ordenar una pericia genética de ADN.
El pedido recae sobre la Unidad Fiscal de Investigaciones (UFI) N°1, a cargo de Fernando Castro, quien lleva adelante el caso, después de reemplazar a María Isabel Sánchez.
Lo que pretende pretende probar el abogado es la hipótesis que plantea que Lario fue secuestrado y asesinado por tres delincuentes, tal como lo había adelantado en exclusiva a este medio a principios de este año.
LAS INVESTIGACIONES EN LOS ÚLTIMOS MESES EN EL ENIGMÁTICO CASO
En febrero, el abogado de la familia Lario, Julio Razona, dijo a este medio que “Lario fue interceptado por tres delincuentes que le robaron, que lo golpearon hasta terminar con su vida y que hicieron desaparecer su cuerpo”. Sus declaraciones se enmarcaron luego de una investigación que llevó adelante junto a los instructores especializados que destinó la Procuraduría General de la Provincia de Buenos Aires para este emblemático caso.
El letrado que representa a la familia del arquitecto explicó que esta revelación, que pondría fin a la infinidad de hipótesis que se barajaron en la causa, se logró gracias al hallazgo de un testigo que no había sido tenido en cuenta hasta la fecha y que resultó “clave” con su testimonio.
Se trata de un interno que permanece en el centro carcelario, que no tuvo intervención alguna en el presunto homicidio, pero que sí “escuchó una conversación” que le permitió conocer quiénes eran los autores materiales de este hecho.
“Por medio de un tarea de campo que realizamos con los investigadores pudimos dar con esta persona, y logramos convencerla de que rompa con los códigos carcelarios y cuente lo que había pasado: era el testigo principal”, enfatizó Razona, quien ratificó: “Todo esto se lo notificamos al fiscal, y así logramos saber que Lario murió en manos de tres delincuentes que lo golpearon hasta matarlo“.
Al cumplirse seis años de la desaparición, Razona le había adelantado a este medio que pediría al fiscal Castro que proceda con la imputación de los presuntos asesinos. “Estamos recabando toda la prueba para demostrar que las condiciones de tiempo y lugar dan como los responsables del hecho y a partir de esa imputación escucharlos y ver qué es lo que manifiestan”, explicó.