Nota escrita por Ezequiel Navarro, secretario general de la CTA Autónoma Mar del plata y secretario adjunto de ATE Mar del Plata

El 31 de marzo vencen miles y miles de contratos a lo largo y a lo ancho del país. En Mar del Plata son aproximadamente 900 familias en peligro de dejar de contar -en muchos casos- con su único ingreso, con todo lo que ello implica en este contexto de adversidad socio económica

  • En la ciudad con mayor desocupación del país -un récord que tristemente se repite alternadamente a lo largo de los años- despedir trabajadores y trabajadoras no solo engrosa la estadística y empuja a la pobreza a más trabajadores, sino que pone en peligro cientos de derechos de la ciudadanía porque significa desfinanciar hasta erradicar las políticas públicas que sostienen y garantizan el acceso a esos derechos.

El nuevo dato de esta realidad es por demás perverso, ya que manejan la información apostando a la incertidumbre más cruel, mientras las y los trabajadores  esperan respuestas ciertas sobre su continuidad y seguridad laboral.

Como agravante, siendo la fecha de vencimiento de esos contratos el 31 de marzo, desde el gobierno siembran rumores permanentes que le ponen fecha de fin el día 26 de marzo, anunciándolo como “el dia D”, jugando al truco comunicacional “D de despidos” para dar un certero golpe de efecto previo al fin de semana extra largo.

En este panorama de perversión, persecución y vaciamiento, nos remontamos a las reformas del 1990 y 2015 en las que al menos teníamos autoridades a las cuales canalizar el reclamo ante los despidos, hoy en la oficinas del Estado Nacional, las y los trabajadores son quienes mantienen su funcionamiento, aún cuando este gobierno planea seguir vaciando el Estado.

Es por eso que cuando lleguen los despidos no habrá a quien reclamar nada, ni siquiera por aquellos derechos que parecían inalienables.