Se trata de la mayor suba de precios anual desde 1991; los alimentos tuvieron un alza de 4,7%; en tanto, la medida núcleo avanzó 5,3% en el mes.

La Argentina terminó 2022 con una inflación anual de 94,8%, la mayor en 32 años y superó así el umbral fijado en 1991 tras el lanzamiento de la convertibilidad (84%), que buscaba dejar atrás dos hiperinflaciones. El dato anual del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner eclipsó por más de 40 puntos a la suba de precios de 2019, el último año de Mauricio Macri en el poder.

Pero, frente al avance de precios de 2021 (50,9%), la inflación avanzó incluso más: 44 puntos. Se trató de un salto similar al que se registró entre 2001 y 2002, sin el freno de la actividad. Hubo dos fuertes impulsos en el año. El primero, con impacto global, fue la invasión de Rusia a Ucrania, que recalentó los precios de los alimentos y de la energía internacionalmente; el segundo, bien local, fue la crisis cambiaria que se desató tras la salida de Martín Guzmán, que logró cauterizar la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía.

El índice de precios (IPC) nacional de diciembre fue de 5,1% y estuvo por debajo de lo esperado por el mercado, que proyectaba 5,7%, en promedio, para el último mes del año. No obstante, se aceleró frente al 4,9% de noviembre. Fue una leve desaceleración que permitió un triunfo simbólico, pero pírrico, dada la magnitud del desborde de precios: el dato anual no llegó a 100% (las tres cifras hubieran requerido un alza de 8%).

Para 2023, el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) pronosticó un 98,4%, una variación mayor a la de este año, pero algunos puntos por debajo de lo que indicaban previsiones anteriores. Sin embargo, la mirada del mercado es desoladora a largo plazo: según el último REM del Banco Central (BCRA), el país recién tendría una inflación parecida a la de la “tierra arrasada” descripta por el kirchnerismo en 2019 a fines de 2025 (ven entonces un 51,1%).

El presupuesto 2023 elaborado por el equipo del ministro de Economía estableció, en cambio, una inflación de 60% para este año. La brecha con los privados es de casi 40 puntos.