“Último mes!!! Liquidación por cierre. ¡ ¡ ¡Sí se puede!!! Gracias Macri”. El cartel, elaborado con marcador negro sobre una cartulina amarilla anuncia que la importadora Fénix, un histórico comercio del centro de Mar del Plata dedicado a la venta de videojuegos y productos electrónicos importados, bajará la cortina en pocos días. Otro cartelito, también pegado en la vidriera, avisa que hay descuentos de hasta el 50%.

El panorama es similar en el interior del local ubicado sobre calle San Martín, entre Independencia y Catamarca: se ofrecen relojes, videjuegos, juguetes, figuritas con descuentos de entre el 20 y el 50%. Es que, finalmente, el término de la temporada –el último plazo que se propuso el propietario de la firma para ver si repuntaban las ventas- coincidirá con el cierre definitivo del negocio, abierto en 1993 y que en sus mejores épocas llegó a tener 10 empleados.

Mariela, una de los dos empleados que quedaron en el comercio, no puede evitar sentir “mucha bronca” por tener que irse tras 20 años de trabajo. “Fuimos el primer negocio dedicado videojuegos”, recordó y aseguró que si bien la crisis del 2001 los “golpeó fuerte”, se pudo sobrellevar. “Los tarifazos, el alquiler por las nubes y la caída del consumo hizo que la situación se volviera insostenible; ahora estamos todos más cansados”, diferenció en diálogo con el portal 0223.

La aparición de las grandes cadenas de electrodomésticos (Garbarino, Musimundo, por ejemplo), la aparición de la venta por Internet –el mismo producto, al mismo valor pero sin un lugar físico donde comercializarlo-, así como una sucesión de hechos de inseguridad precipitó la decisión de bajar las persianas definitivamente. “Nos robaron tres veces en unas semanas y eso nos terminó de matar”, sostuvo.

egún dijo, ahora la idea es tratar de vender la mercadería que les queda al costo y a partir de la semana que viene rematar el mobiliario que hay en las instalaciones.

“La gente viene a preguntarnos a dónde nos vamos porque no pueden creer que cerremos, piensan que nos cambiamos de lugar. A veces vienen padres con sus hijos y le dicen que acá compraban los cartuchos del Sega”, relató y reparó en la necesidad de que la gente tome conciencia de lo importante que es consumir lo que producen los marplatenses. “Tenemos que tener un sentido de pertenencia, pensar en sociedad”, subrayó.