Hace tres años que vivimos de tarifazos en tarifazos que ya pocos pueden pagar. Antes veníamos de subsidios tras subsidios que tampoco eran solución. La plata no salía de manera directa de los bolsillos de los usuarios, ahora sí. Antes los pagamos vía presupuesto y ahora directamente de nuestros bolsillos. Aun cuando los subsidios continúan. Es decir que ahora pagamos más, de manera directa e indirecta. Es el mecanismo resultante de la privatización y extranjerización de la energía.

¿Cuál es el problema de fondo? La crisis energética argentina, como parte del modelo económico social y política, que hace más de 40 años se viene aplicando en Argentina, con privatizaciones y pérdida de soberanía por la extranjerización y entrega del petróleo y el gas. Antes y ahora, con mayor o menor profundización, las únicas beneficiadas han sido y son los grupos monopólicos petroleros que operan en nuestro país, con subsidios permanentes que paga el pueblo argentino.

TARIFAS EN DÓLARES

Es tan burda la política energética en términos de precios, que a nivel local el estado reconoce por un millón de BTU (extraído) 7,5 dólares, cuando el precio reconocido en otros países oscila entre 2,50 a 4,50 dólares, es decir los argentinos pagamos nuestro petróleo y gas a un precio muy favorable para las transnacionales de la energía.

“El 74% del gas que consume la Argentina es extraído, procesado y distribuido en la Argentina. Le agregamos un 15% que importamos de Bolivia, y le agregamos un 11% del gas natural licuado que se trae de afuera que sí es caro. ¡Y, pícaramente, el señor ministro de Energía Aranguren tomó el precio del gas natural licuado como el precio total para fijar una tarifa de tipo energética! Solamente el 11% es caro.” (Versión taquigráfica del discurso del senador Pino Solanas el 30/05/18).

La denuncia del Senador Solanas alude a que solo se toma en cuenta para fijar el precio el mayor costo por importación que el menor costo de producción local, con una transferencia gigantesca a los operadores transnacionales del “negocio” de la energía.

El 3 de enero del corriente año, en un artículo escrito en La Nación, Carlos Pagni, afirma: “El problema urgente que debe solucionar el nuevo secretario es el de los subsidios a la producción de gas en Vaca Muerta. Es un inconveniente heredado de la gestión de Aranguren y su polémica resolución 46. Con esa medida, el entonces Ministro de Energía se comprometió a garantizar del gas a quienes presentaran nuevos proyectos productivos. Ese precio descendía, año a año, desde el 2018 hasta 2021, de 7,5 dólares a 7; 6,5 y 6 dólares el millón de BTU. En la actualidad, para tomar un ejemplo, el Estado se obligaba a sostener un precio de 7 dólares, cuando el mercado lo fija en alrededor de 4 dólares. El fisco debe hacerse cargo, entonces, de 3 dólares por millón de BTU.”

El escriba de La Nación reitera el argumento anterior relativo al sobreprecio que abona el Estado argentino a las petroleras, muy por encima de lo que se abonan en otros territorios, que como dijimos, oscila entre 2,50 y 4,50 dólares el millón de BTU.

Cabe recordar que YPF, produce casi el 50% del gas que se consume en la Argentina, y declaro ante la oficina de valores de la SEC en Estados Unidos (Securities and Exchange Commission) como balance certificado, que producir un millón de BTU, en nuestro país tiene un costo de 1,90 dólares, a lo que debería adicionarse amortizaciones y una rentabilidad adecuada, lo que no debería alcanzar los 3 dólares el millón de BTU. De este modo, lo que venimos a denunciar es el gigantesco subsidio a una empresa de gestión estatal, sí, pero con importante presencia de capitales externos.

Queda claro que desde el gobierno se miente y se ocultan las verdaderas razones que acá se exponen (los subsidios a las petroleras multinacionales); y esto deja claro que no hay necesidad de aumentar tarifas de los servicios públicos al pueblo y si se hace necesario discutir porque pagamos subsidios de millones de dólares a las grandes empresas, cuya renta extraordinaria viaja fronteras afuera permanentemente. Los subsidios se otorgan a las empresas mientras se aumenta el precio a los usuarios.

“Recordemos algo que se viene ocultando: la producción de hidrocarburos es a través de concesiones, porque las reservas petroleras no son de las petroleras, sino de propiedad pública, según la ley nº 26197 y la Constitución Nacional. Las empresas petroleras solo extraen el petróleo y el gas del subsuelo y lo procesan. Por lo tanto, el precio del gas natural, en boca de pozo, debe ser el resultante del costo de extracción, más la amortización de las inversiones, así como la de una utilidad razonable para el concesionario que lo extrae.” (Pino Solanas, en INFOBAE, el 17/05/18 “El embuste de los tarifazos”).

MODELO ENERGÉTICO

El sistema capitalista y modelo aplicado en la Argentina ha tenido la capacidad de “esconder” la importancia de la soberanía energética, a tal punto que tener una de las tarifas más caras del mundo, significa que Argentina no tendrá “desarrollo industrial” que sumado a la apertura de capitales extranjeros, cierra el combo que conduce al país rumbo a ser una factoría de los grandes capitales internacionales.

Este gobierno, encabezado por Macri, tiene la formación geológica Vaca Muerta, como la panacea de todos los males de nuestro país, así como Menen tuvo en la privatización de todo lo nacional, el supuesto camino al primer mundo, así nos fue.

¿Por qué tenemos entonces las tarifas más caras e impagables en electricidad, agua, gas? para subsidiar a las multinacionales (Tecpetrol del grupo Techint; Chevron; Compañía General de Combustibles CGC; Panamerican Energy; Total; entre otras) que llevan adelante el Fracking (Fractura Hidraulica) a 3.000 metros bajo tierra, que requiere mucha inversión y cuesta varias veces más que producir el escaso hidrocarburo convencional. Recordemos que el fracking se introdujo de la mano del acuerdo secreto entre Chevron e YPF, que abrió las puertas a las inversiones de las transnacionales.

¿Qué es lo que pone en tela de juicio este modelo energético, basado en la privatización, extranjerización y pérdida de la soberanía nacional? El derecho de acceder todos a la energía. La ONU reconoce el derecho a la energía como un derecho fundamental y que acceder a la energía garantiza un desarrollo sostenido.

DE LA POBREZA CERO A LA POBREZA ENERGÉTICA

Macri, llegó al gobierno proponiendo “pobreza cero”. Es un objetivo imposible si no se puede acceder a la energía. Para nosotros, la energía es un derecho y por ello hay que luchar.

El fin de las tarifas de la energía reguladas por el Estado Nacional, que ahora es un Estado bobo al servicio de los grupos multinacionales, dio lugar a los tremendos aumentos de tarifas que sufrimos.

La profundización de la desregulación del mercado, entre otras cosas, desarrolló y profundizó la pobreza energética nacional.

La energía es un derecho humano insustituible, y además es un bien social, de todos los argentinos, recordemos que es propiedad pública según Ley 26.197 y la Constitución Nacional; la energía, no es un commodity (producto que fija internacionalmente su precio), ni una mercancía, tampoco hay competencia, si solo le podemos comprar al único caño de gas y/o cable de electricidad que pasa por cada domicilio; Además es un monopolio natural, tan es así, que después de casi 30 años de la privatización (destrucción de las empresas del estado) hoy el 60% de la distribución de la energía eléctrica en provincia de Buenos Aires está en mano de Rogelio Pagano (único dueño).

En este contexto nacional las movilizaciones propuestas por la CTA Autónoma, la CTA de los Trabajadores y por el Frente Sindical por el Modelo Nacional, la Multisectorial 21F, más todas las organizaciones sociales, económicas, políticas y sindicales que se suman a diario, se hace necesario: ganar masiva y pacíficamente la calle, poner fin a la energía como bien suntuario y/o de lujo, reclamar que se dé marcha atrás con los tarifazos, exigir la condonación de la deudas familiares como el gobierno condonó las deudas de las multinacionales eléctricas y gasíferas y debe estar claro que si no recuperamos la soberanía y cambiamos el modelo energético actual, como lo hizo el pueblo boliviano, no va haber soluciones de fondo.

Por José Rigane (Secretario Adjunto CTA-Autónoma, Sec. General Federación Trabajadores de la Energía de Argentina y Sec. General Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata)