El cambio climático está aquí con sus eventos meteorológicos extremos que ponen en peligro el futuro del mundo tal cual lo conocemos. ¿Cuáles son sus evidencias? ¿Qué debemos saber? ¿Estamos preparados? En esta sección, cada semana, noticias, conceptos básicos, personalidades destacadas y datos necesarios para comprender el fenómeno.

¿Por qué Venus pueden ayudarnos a entender cómo afectará el calentamiento global a la Tierra? Por varias razones: tiene más o menos el mismo tamaño y composición que nuestro planeta, pero evolucionó en una atmósfera tóxica y envuelta en densas nubes ricas en ácido sulfúrico. De hecho, con las altas concentraciones de CO2 en su atmósfera es el vecino más caliente del Sistema Solar.

Los científicos siempre estuvieron buscando indicios sobre qué fue lo que originó ese cambio climático atroz. Y ahora, Ahora, la Agencia Espacial Europea (ESA) seleccionó la sonda EnVision para una misión hacia Venus, con el fin de comprender cómo se convirtió en un infierno tóxico inhabitable.
El orbitador embarcará una serie de instrumentos que ofrecerán “una vista global del planeta, desde su núcleo interno hasta su alta atmósfera, con el fin de determinar cómo y por qué Venus y la Tierra evolucionaron de forma tan diferente”.

La oportunidad más cercana de lanzamiento es 2031, y otras opciones posibles son 2032 y 2033.

Los espectrómetros de a bordo controlarán los gases de la atmósfera y analizarán la composición de la superficie buscando cualquier cambio relacionado con signos de vulcanismo activo, un radar enviará imágenes y mapas de la superficie y un instrumento permitirá además sondear la estructura interna del planeta y su campo de gravedad.

De todos modos, no se espera que alcancemos algún día los niveles extremos de Venus. Las cifras están demasiado lejos: solo como ejemplo, en nuestro planeta la temperatura media en la superficie es de 25º y en Venus de 500º.

Alarmante informe
Un nuevo informe publicado por 50 de los principales expertos mundiales en biodiversidad y clima concluyó que el 77% de la tierra (excluyendo la Antártida) y el 87% de la superficie de los océanos han sido modificados por los efectos directos de las actividades humanas.

El documento de IPBES (Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas) y el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), la primera colaboración entre los dos organismos, hizo un llamamiento a los líderes para que aborden de manera conjunta el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, ofreciendo opciones para resolver estas dos crisis.

Las recomendaciones incluyen: detener la pérdida y la degradación de los ecosistemas ricos en carbono y especies en la tierra y en el océano, restaurar los ecosistemas ricos en carbono y especies y aumentar las prácticas agrícolas y forestales sostenibles.

A nivel mundial, se calcula que el sistema alimentario es responsable de entre el 21 y el 37% del total de las emisiones netas de gases de efecto invernadero antropogénicas, si se incluyen las actividades previas y posteriores a la producción.

Por Carlos Pagura