El 2019 fue uno de los peores años para el negocio gastronómico y en consecuencia, hasta el momento, cerraron 2.300 bares y restaurantes de todo el país, según datos de la Unión de Trabajadores hoteleros y gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA).

Desde UTGHRA, organización que lidera el polémico Luis Barrionuevo, aclaran que la mayoría de los establecimientos gastronómicos que cerraron en el año, lo hicieron en los últimos cuatro meses. Unos 600 de estos comercios estaban ubicados en la Ciudad de Buenos Aires, y eso significó la pérdida de 15.000 puestos de trabajo en la Capital Federal.

El sindicato gastronómico asegura que 150.000 trabajadores del sector fueron despedidos en todo el país.

A pesar de esas cifras alarmantes, Barrionuevo cerró un entendimiento con Cambiemos y se encargó de ser el armador del equipo de fiscalización del oficialismo en el sur del territorio porteño y del Gran Buenos Aires.

Carlos Yanelli, presidente de la Cámara de Restaurantes de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC), señaló a BAE Negocios: “El 2019 ha sido un año nefasto para nosotros, no fue un año más. Nos puso a prueba a todos los actores de la actividad económica en general y a los empresarios gastronómicos en particular. El aumento incesante de los costos de mercaderías, de los servicios públicos y la inflación por encima del 50% son un combo que hace perder las expectativas de rentabilidad y nos tenemos que conformar con poder mantener los puestos de trabajo”.

“Este último año fue el peor de los últimos cuatro. Lo que más nos preocupa es que cierran comercios con antigüedad de muchos años, marcas reconocidas que dejaron huellas. No sólo se quedó gente sin trabajo, no se pudieron pagar ni salarios caídos, no se pudieron pagar los alquileres. Algunos ni la luz pudieron pagar. Hay muchos que están al borde de cerrar subvencionados por proveedores, adeudan alquileres”, contó Yanelli.

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