Nota realizada por el Observatorio de femicidios de la multisectorial de la mujer Mar del Plata.

Este informe abarca el periodo comprendido entre el 1/9/2022 al 31/10 /2022 con 36 femicidios, 4 femicidios vinculados y 13 intentos de femicidios, hemos agregado esta variable ya que es un número muy significativo de casos, estos se dan en el contexto de violencia familiar, cometidos por parejas y exparejas y con la presencia de factores de riesgo como las amenazas de muerte, importantes lesiones física y psicológicas, uso de armas y en presencia de menores.

Es muy preocupante, son alarmas que nos indican la gravedad de la situación. El aumento de los femicidios, los vinculados y los intentos de un mes a otro ha sido del 50% y dentro de ellos una vez más señalamos el incremento en adultas mayores que están en situación de violencia y llegan al extremo del femicidio, es de temer, porque en esa franja etaria padecen mayor vulnerabilidad, discriminadas por viejas y por ser mujer, en su mayoría sin independencia económica por las jubilaciones tan bajas, agravándose cuando se requiere asistencia para las actividades básica de la vida cotidiana y ni que hablar si se padece algún tipo de discapacidad. Por eso el Estado debe garantizar políticas integrales de cuidados para que estas personas no estén desamparadas y puedan animarse a cortar con esa vida llena de violencia y malos tratos.

Por otra parte los suicidios de los femicidas que en este bimestre fue el 32% de los casos. Entendemos que el suicidio es el último acto de poder del femicida. La licenciada en Psicología Daiana Borquez analiza: “El mensaje del acto suicida es que no aceptarían tener que dar cuenta de lo que hicieron delante de la ley o ser juzgados porque la mayoría cree que lo que hicieron está bien y tampoco se puede seguir existiendo sin ese objeto”.

Piensan que tienen derecho a violentar, es un lugar que a los varones se les ha enseñado, es correrse de la posibilidad de recibir un castigo por lo que hizo y también ejerce un último acto de poder en el cual él decide sobre la vida de ambos. Este acto de poder representa aún un mayor nivel de violencia para las familias que no podrán ver reparación alguna por la pérdida de su familiar asesinada por causa de violencia machista.

Volvemos a pedir que se los monitoree eficazmente a los victimarios para asegurar que no violen las restricciones de acercamiento que impone la Justicia, garantizar el acceso de las víctimas a la Justicia eliminando las barreras judiciales que hoy existen, atención de personal judicial y policial capacitado, la perspectiva de género es la mirada que deben tener estos operadores para tratar con un grupo tan vulnerado.

El Estado debe tomar decisiones más eficaces creando un plan de intervención de la violencia con respuestas y servicios más adecuados, donde haya verdadera protección a las personas en situación de violencia y programas con el adecuado presupuesto para que resulten efectivos.

“SI TOCAN A UNA NOS TOCAN A TODAS”