Por Vito Amalfitano
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Vitomundial

Especial, desde Buenos Aires

Cepo al juego. Cepo al gol. En realidad, al cepo jugó Boca. Y River fue al frente. Pero los dos quedaron en cero en un pobre Superclásico en el Monumental, en el marco de la cuarta fecha de la Superliga del fútbol argentino.

Los anuncios cambiarios, de una Argentina convulsionada, fueron el tema de las transmisiones y la espera de los hinchas en las tribunas en la previa, en la fría tarde en Buenos Aires. Pero a la salida de los equipos se encendió el público de River con cánticos especiales y globos negros al son de “el que no salta / murió en Madrid”. Un recibimiento preparado para la ocasión, en el primer Superclásico tras la recordada final de la Libertadores del año pasado, y antes de las semifinales de la Copa que se vienen ahora.

Un Boca inexplicable. Sin pudor, encaró el Superclásico como un “equipo chico”, tal como se lo cantó varias veces el público de River. Una ofensa a su historia y su grandeza. El entrenador Gustavo Alfaro lo planteó como si todavía dirigiera a Quilmes o Atlético Rafaela. Y todo el primer tiempo el equipo se plantó con un repliegue vergonzante y sin otra idea que el pelotazo para Jan Hurtado.

Pero ante esa postura River, con la pelota y el territorio, no fue profundo ni claro. No supo como entrar ante el vallado ultra defensivo de Boca.

En el segundo tiempo River reafirmó el protagonismo y Boca no se despojó de su papel de partenaire. Ingresó Sebastián Villa para hacer lo que insólitamente estaba desarrollando Soldano, que pasó a ser el único punta, como antes Hurtado.

Rapallini no vio un posible penal sobre Casco. River buscó más pero no mucho mejor. Aunque  siempre mereció quedarse con todo, al menos por las intenciones. En una de las mejores jugadas Nacho Fernández metió un pase entre líneas para Matías Suárez (ingresó por Pratto) quien tiró el pase atrás para Santos Borré, cuyo remate final desde clara posición de gol fue demasiado débil y permitió la reacción del arquero Andrada. En otra situación el marplatense Martínez Quarta no pudo conectar bien en ubicación ideal para definir, dentro del área chica.

Una corrida solitaria de Villa provocó un tiro libre que obligó a una lucida intervención de Armani ante la ejecución de Carlos Tevez.

“Equipo chico” terminó cantando la gente de River. Más penoso que eso fue lo de Boca. Ultimamente varios “equipos chicos” jugaron con más dignidad y protagonismo en esta cancha. Sin ir más lejos, hace pocos días se llevó una victoria Talleres. A River, sin embargo, le faltó imaginación para quebrar el cepo. A Boca, así, olvidando su destino de grandeza, le costará mucho más sacarse el karma de Madrid.

River  0

Armani (6); Gonzalo Montiel (5), Paulo Díaz (6), Martínez Quarta (6) y Milton Casco (5); Enzo Pérez (5); Ignacio Fernández (6), Exequiel Palacios (4) y Nicolás De La Cruz (5); Santos Borré (4)  y Lucas Pratto (4). DT: Marcelo Gallardo.
Boca  0

Esteban Andrada (6); Weingandt (6), Lisandro López (5), Izquierdoz (5) y Fabra (5); Capaldo (4), Daniele De Rossi (5), Iván Marcone (4), Alexis Mac Allister (4) y Soldano (4); Jan Hurtado (4). DT: Gustavo Alfaro.

Cambios: en el segundo tiempo, 15’ Sebastián Villa (5) por Jan Hurtado; 21’ Matías Suárez por Lucas Pratto; 23’ Emmanuel Reynoso por Daniele De Rossi; 30’ Cristian Ferreyra por Exequiel Palacios, Carlos Tevez por Alexis Mac Allister; 34′ Ignacio Scocco por Santos Borré.

Cancha: de River (muy buena)

Arbitro: Fernando Rapallini (4).