Aunque durante mucho tiempo era considerado un tabú o un placer secreto, el avance de la pandemia de coronavirus y el mayor tiempo de encierro motivó a muchas personas a derribar sus propios pudores para adentrarse en el mundo de la juguetería erótica.

Desde un sexshop neuquino señalaron que las ventas se incrementaron en un 50% y que cada vez es más amplio el público que consume este tipo de productos.

“Antes vendíamos más a varones y a personas jóvenes, y ahora son más las mujeres que se animan a comprar, y también vienen personas de 50 años o más”, explicó Daniela Reyes Alonso, que es educadora en sexualidad y está a cargo de Rojo Pasión. Su tienda se inició con la venta de lencería erótica pero, desde que comenzó la pandemia, se inclinó más hacia la comercialización de juguetes, que son los productos más pedidos.

Para la especialista, el tiempo de encierro motivó a muchas personas a autodescubrirse y a vincularse de modo más intenso con su sexualidad individual. Por eso, dijo que “muchas personas que venían postergando la compra de un juguete ahora se animaron a comprar uno”. Las compras también llegaron de parte de las parejas que tuvieron que pasar la cuarentena en casas separadas, y que utilizaban estos productos como un complemento para tener sexo virtual.

En ese panorama, los sex shops afrontaron un rumbo muy diferente al que vivieron muchos otros rubros comerciales. Aunque se redujo la venta de ropa, zapatos o regalos, los negocios dedicados al placer sexual se beneficiaron con un ambiente más libre de tabúes y en un contexto de encierro que motivaba más los encuentros íntimos y la autosatisfacción.

Con el avance de la pandemia se fomentaron también influencers y perfiles en redes sociales que hablaban más libremente de la sexualidad y recomendaban estos aparatos, llegando a imponer una suerte de tendencias de unos sobre otros. Así, muchos se decidieron a comprar estos elementos más allá del incremento que tuvieron los precios, atados a los cambios en la cotización del dólar.

Reyes Alonso aclaró que los juguetes se venden en precios que oscilan entre los 2 mil y los 9 mil pesos. Afirmó también que la mayoría no escatima y prefiere los objetos de mayor calidad, que suelen ser productos importados. Así, se deciden por consoladores y otros productos que vienen del exterior, con silicona hipoalergénica y un motor de carga USB, que tiene mucha más potencia que los que se alimentan de pilas.

La educadora en sexualidad aclaró que existen distintos tipos de juguetes. Algunos sólo aportan estimulación externa y otros también incluyen la estimulación interna, como los consoladores. También existen los anillos y otros objetos que están pensados específicamente para parejas, ya que complementan la penetración física. Los que aún siguen generando tabúes son los juguetes vinculados al sexo anal que son, según Reyes Alonso, los que aún se piden con vergüenza.

Uno de los elementos más innovadores y más pedidos entre los clientes es el succionador de clítoris. Reyes Alonso aclaró que se trata de un producto que está de moda hace más de un año y que ganó aún más popularidad a lo largo de la pandemia.

Esos juguetes se complementan con otros productos del sexshop que aportan ingredientes extra a los encuentros íntimos. Así, los locales venden geles térmicos, lubricantes y hasta juegos de dados con retos específicos para condimentar los vínculos con nuevas propuestas.

Para la educadora sexual, “la pandemia llevó a repensar la sexualidad y la forma en que nos vinculamos”. Por eso, muchos derribaron los mitos que suponen que los juguetes sexuales son sólo para personas solas o para reemplazar la presencia física de alguien. Por el contrario, muchos sirven para conocerse más y saber qué estímulos de la pareja son más placenteros, mientras que otros están diseñados exclusivamente para incrementar el placer en los encuentros de a dos.

Estos locales ofrecen una gran variedad de productos que se adaptan a los gustos de personas distintas. Así, Reyes Alonso aclaró que los que compran su primer juguete optan por objetos de tamaños más pequeños, mientras que los más experimentados buscan propuestas más innovadoras para cambiar la rutina de sus encuentros de pareja.

En todos los casos, recomendó no resignar nunca la calidad de los artículos. Aclaró que es necesario siempre tener en cuenta la calidad de la silicona que los recubre, ya que se trata de artículos que están en contacto con áreas sensibles. Por otro lado, recordó que los juguetes con carga USB son los más potentes y los más prácticos, porque se cargan de la misma forma que se carga un celular y no se hace necesario salir a comprar pilas.

Si bien aún existen tabúes en torno a la juguetería sexual, la pandemia parece haber hecho su aporte para motivar el acceso de más personas a este tipo de productos, que aprovechan la discreción de las ventas online para explorar en nuevas formas de vincularse o complacerse.

LMN