Micaela Dambra, secretaria general de Cicop, afirmó que hay un ajuste en las distintas áreas del Estado, y salud no quedó afuera de esta medida.  Hay preocupación por falta de insumos y por las subas que se aplicaron en obras sociales y prepagas. Destacan que la gente que no pueda pagar las privadas se volcará al sistema de salud público municipal, y ante el ajuste y falta de personal, serán las y los trabajadores quienes se verán directamente afectados.

“En diciembre este ajuste se acentuó muchísimo y en enero se profundizó”, aseguró la referente de Cicop a MdpYa y destacó que esta política se traduce en menos medicamentos y pocos insumos o de baja calidad, medida que resuelven mediante la solidaridad entre trabajadores, “prestándose” insumos de un centro de salud a otro. Lo mismo ocurre con las soluciones fisiológicas o sueros necesarios para pasar medicación o hidratar al paciente.

“El recurso humano también se resiente, las coberturas médicas fueron un faltante durante toda la gestión por cuestiones salariales, pero también la ausencia de una carrera sanitaria que permita una proyección y cuidado a las y los trabajadores”.

El ajuste llegó a enfermería

“El último fin de semana, de las 5 guardias que se plantean como centros de guardias de la municipalidad, el 50% estuvo cubierto con horas médicas, mientras que el otro 50% sólo hubo personal de enfermería. El sector viene sosteniendo cada dispositivo y áreas de trabajo en donde se debe brindar atención y servicios, a costa de una sobrecarga extrema”, destacó.

Dambra resaltó que “no puede ser que se planteen centros de guardias sólo con enfermería y equipos incompletos.”

La falta de cobertura médica se debe a que no hay médicos que puedan cubrir ese puesto, el tema puntual son las condiciones que se plantean: hay un achicamiento de horas extra, también del dinero dispuesto a poder cubrir los servicios como corresponden. Enfermeros “hay muchos en la municipalidad”, y son quienes cubren las guardias, sin embargo, la disposición del mes es el achicamiento.

“En enero no hay más guardias de vacunas en el Centro de Salud Número 1, la central de vacunas en donde funciona el vacunatorio central, allí va gente que tiene o no obra social a vacunar a sus hijes, sábados y domingo, para quienes trabajan en la semana es una opción que siempre, históricamente, fue muy concurrida. A partir de este mes se cerró esto y sólo se vacunan a recién nacidos y antirrábicos”, explicó.

También se vio afectado el servicio de enfermeros en guardias, espacios muy concurridos en centros de salud. “Históricamente había dos enfermeros en las sedes mas concurridas y desde este mes hay uno solo o es intermitente, depende de si alguno tiene licencia o está de vacaciones. Las licencias son programadas y siempre se cubrieron porque había profesionales dispuestos a cubrirlas, pero por la disposición de achicar el gasto no se cubre. Hay una sobrecarga, menos insumo, menos recurso humano, que afecta la calidad de atención”, resaltó.

“No solo pasa en las guardias de fines de semana, también pasa en la atención de la semana, las vacaciones del personal se cubre sacando personal de otro lado, en vez de poder cubrirlo de otra manera, sin resentir ningún tipo de servicio y actividades programadas”, aseguró Dambra y agregó que esta acción “es una sábana corta, se tapa un lugar y se destapa otra, en vez de pensar que la salud es una inversión y no un gasto.”

Sobre la temporada, Dambra mencionó que lamentablemente por la situación política, economía y nacional no es récord de turismo, sin embargo, el pasado fin de semana hubo mucho caudal de gente y fue excepcional. Este panorama de gente sobrecarga el sistema de salud público por la situación de todas las obras sociales y prepagas que van a volcar a miles de personas a la salud pública. “No podemos dejar de problematizar y naturalizar este achicamiento en un área tan sensible”, manifestó.