Con la intención de intentar morigerar el impacto de la crisis en el bolsillo del trabajador argentino, que en el último año la pérdida del poder adquisitivo fue de 20 puntos respecto de la inflación, el Gobierno anunció a mediados de abril que frenaba los aumentos que estaba ya pautados en electricidad, gas y transporte para lo que resta del año.

En el caso de la luz, suspendió las dos alzas del 4% cada una prevista para mayo y agosto, y en materia de transporte público dio marcha atrás con el último aumento del subte, que se iba a ir a $21 en abril y aseguró que al menos hasta después de las elecciones de octubre, no habrá cambios en el valor de los pasajes de tren y colectivo.

Para el gas, el esquema es distinto. Desde que Mauricio Macri asumió la presidencia, el entonces ministro de Energía, Juan José Aranguren, había dispuesto dos aumentos por año: abril y octubre, que se basan en el valor del dólar al momento de las negociaciones con las empresas y la inflación de precios.

La suba de octubre quedó suspendida, pero el aumento de abril del 29%, que este año se aplica en 3 partes -abril, mayo y junio, sigue en pie. Así las cosas, este mes aumenta un 7,5% el gas para completar ese 29% fijado.

AUMENTA JUNIO PERO SE PAGA EN DICIEMBRE

Al igual que el año pasado, la gestión de Cambiemos resolvió en este año electoral “planchar” la tarifa del gas durante los meses de invierno, que es cuando más se consume y pagar la diferencia durante el verano.

Así, durante junio, julio, agosto y septiembre se pagará un 78% del valor final (que contempla el 29% de aumento) y el 22% restante de cada mes se abonará en 4 cuotas iguales, y con intereses, en diciembre, enero, febrero y marzo, los meses de menor consumo de gas, pero que sube fuerte el gasto de los hogares por el uso de energía eléctrica.

En la factura, el monto a pagar más adelante figurará como “diferimiento estacional”.

La medida le costará al Estado $4500 millones, que deberá compensar con reducción del gasto en otro sector para cumplir a fin de año con la meta de equilibrio fiscal.

El costo adicional se explica porque el Estado se hará cargo de los intereses que implica para las empresas distribuidoras no cobrar el total del pago y salir al mercado a buscar financiamiento para cubrir esa factura. Por allí se irán $2500 millones.

Los restantes $2000 se deben a que las empresas recibirán el aumento del 29% desde abril, pero el usuario tendrá una suba menor.

EL GAS SE DUPLICÓ SOLO EN UN AÑO

De acuerdo a un relevamiento del Centro de Investigaciones de Políticas Energéticas, la tarifa de gas aumentó un 92% entre julio de 2018 y julio de 2019. Un hogar con consumo medio a bajo pagaba el año pasado $1.087 y ahora deberá desembolsar $2.097 por todas las alzas que sufrió el servicio en los últimos 12 meses.

En tanto, en la era Macri, el gas lleva aumentado un 1000%, según un relevamiento de M1