El Fondo Monetario Internacional advirtió sobre la “volatilidad” financiera que enfrenta la economía argentina en virtud de la proximidad de las elecciones, anticipo una caída de 1,3% en el PBI este año y un crecimiento de solo 1,1% para 2020 (recortó la mitad del pronóstico anterior). En tanto, elevó a 40% su previsión de inflación a diciembre próximo.

Así resulta del documento dado a conocer este lunes en Washington referido a la cuarta revisión del programa económico argentino en el marco del préstamo Stand By por u$s57.000 millones.

Ante las dudas y críticas que han surgido respecto a la sustentabilidad de la deuda el Fondo indica que la capacidad de repago de Argentina sigue siendo adecuada, aunque está sujeta a “riesgos mayores”.

El informe de 88 páginas, que curiosamente aún continúa siendo escrito en inglés, también reconoce el cumplimiento de las metas establecidas en el contexto de este acuerdo. De hecho el viernes el directorio del FMI aprobó el desembolso de unos u$s5.400 millones.

RIESGOS
“El programa enfrenta importantes riesgos a la baja” advierte el organismo multilateral, a su entender, “El principal riesgo sigue siendo un cambio prolongado en las preferencias de la cartera con respecto a los activos argentinos como resultado de las crecientes incertidumbres sobre el panorama político futuro”.

Esto podría manifestarse como un aumento de la dolarizaciónque provocará presiones de depreciación,impactando en la inflación y conduciendo a un aumento en la relación deuda-PIB y una mayor pérdida de reservas de divisas que la proyectada en el escenario base del FMI.

De darse este contexto el Fondo advierte que “podría crear una brecha de financiamiento presupuestario y profundizar las preocupaciones sobre la liquidez y posiblemente la solvencia de la deuda soberana”.

Por esta razón considera “preocupante” que la reciente reducción de los vencimientos haya aumentado las necesidades de financiamiento a corto plazo y exacerbado los riesgos de reinversión en el período previo a la elección.

A pesar de los riesgos significativos de la volatilidad y la incertidumbre, la continua implementación de la estrategia del manejo de la deuda en la medida en que lo permitan las condiciones del mercado ayudarán a mitigar los riesgos en el período electoral.

A mediano plazo, la sostenibilidad de la deuda sigue siendo altamente vulnerable a las crisis, particularmente si se dieran condiciones sorpresivas de crecimiento negativo.

Más allá de estos riesgos financieros, es posible que la inflación se mantenga estancada en niveles muy altos o que la recuperación esperada de la actividad pueda retrasarse.

Esto llevaría a un empeoramiento de los resultados sociales, al aumento de la pobreza y a una erosión del apoyo público al programa de políticas del gobierno.

Por Liliana Franco-amfin