Tras los despidos masivos en lavaderos Sakin, la secretaría de Trabajo dictó la Conciliación Obligatoria por 15 días, a raíz de una denuncia efectuada por la Unión de Obreros Tintoreros Sombrereros y Lavaderos que había paralizado las actividades.
El acatamiento de la medida implica la suspensión de toda medida de fuerza y debe volverse a las «condiciones previas al inicio del conflicto», con lo cual el lavadero industrial Sakin está obligado a permitir «el ingreso de los trabajadores al lavadero para la prestación normal del servicio» sin represalia alguna.
La empresa ha recibido también la citación a una audiencia entre partes para el próximo 24 de este mes donde se tratará de alcanzar un acuerdo que, según manifiestan desde el gremio, será «con los trabajadores adentro».
En eso hay firmeza de parte del gremio pues existe cierta «desconfianza» ya que Sakin tiene en su haber antecedentes de «políticas antilaborales, donde no ha respetado la ley de Contrato de Trabajo», señalaron.
El argumento de la empresa respecto al despido de este medio centenar de trabajadores refiere principalmente, a la crisis de la industria textil y de indumentaria, relacionadas directamente a la caída de la actividad. Si bien es reconocida por el sindicato la merma, éste alega que la desvinculación se dio de manera «arbitraria e ilegal» motivo por el cual los trabajadores «deben ser reincorporados».
En ese sentido, Luis Pandolfi, secretario general del UOETSYLRA denunció como un «vaciamiento» de Sakin, un «lockout patronal» con la intención de volver a iniciar la actividad de cero con menores costos, donde los perjuicios de la crisis «los pagan directamente los trabajadores», siendo siempre la variable de ajuste.
«Si bien la situación es difícil también para los empresarios -y señalan que hay menos actividad-, esos empresarios han ganado muchísimo dinero, con lo cual no es necesariamente cierto que tengan que achicarse y suspender gente», concluyó Pandolfi.
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