El fallecimiento del ídolo abre una serie de causas protagonizadas por su familia y exparejas, que ya armaron sus respectivos equipos legales.

La justicia argentina comenzó a investigar las circunstancias en las que murió el ídolo del fútbol Diego Armando Maradona el pasado miércoles, a los 60 años de edad, durante una internación domiciliaria que hoy está cubierta de dudas ante la posibilidad de que haya sido víctima de “homicidio culposo”, es decir, imprudencial.

Los fiscales Laura Capra y John Broyad, junto al juez Orlando Díaz, encabezan una investigación marcada por acusaciones cruzadas por los supuestos descuidos profesionales y familiares en torno al estado de salud en el que se encontraba el mejor futbolista de la historia argentina, y que desembocaron en su fallecimiento, lo que provocó una oleada de homenajes alrededor del mundo.

El sábado por la noche ya declararon Dalma, Gianinna y Jana, las tres hijas de Maradona que tuvieron mayor contacto con él en las últimas semanas, en tanto que este lunes se presentó ante la fiscalía Verónica Ojeda, madre de Diego Fernando, el hijo menor del ídolo, y quien apenas tiene siete años.

Hasta ahora, las miradas se centran en el papel de Leopoldo Luque, el último médico oficial de Maradona, el mismo que a principios de noviembre lo operó de manera inesperada por un hematoma en la cabeza, que se sumó a sus padecimientos de depresión y adicciones al alcohol y a los medicamentos.

Luque era el principal responsable de la atención médica que recibía Maradona, pero ahora se descubrió que la casa en la que cumplía internación domiciliaria carecía del acondicionamiento físico y del equipo médico necesario, además de que en las horas previas a su muerte, el ‘Diez’ sufrió una caída que no se le atendió y había registrado taquicardias que ameritaban el traslado inmediato a un hospital, cosa que no ocurrió.

El domingo por la mañana, funcionarios judiciales allanaron la casa y el domicilio de Luque, quien este lunes se presentó a declarar de manera espontánea ante la fiscalía, pero no se lo permitieron. Su situación judicial, por el momento, es la más complicada.

Explicaciones
Antes de entrar a la fiscalía, Luque intentó deslindarse al negar que él fuera el único responsable del estado de salud de Maradona.

“Lo traté como a un papá. Hubiese hecho lo que hice con él: verlo y recorrer los kilómetros que recorría para acompañarlo, para darle un beso, para acariciarle la mano, para decirle que no estaba solo”, aseguró a los periodistas y entre lágrimas.

También dijo que, gracias a su trabajo, Maradona aceptó ser visto por otros médicos para mejorar su tratamiento. “La familia me llamaba a mí porque era el único que podía llegar a colaborar para que Diego estuviera mejor”, dijo.

Sobre el estado de quien fuera su paciente y que murió por un paro cardiorrespiratorio, Luque insistió en que lo operó porque estaba en condiciones para soportar la intervención, además de que jamás presentó síntomas cardíacos alarmantes.

“Tenía el corazón con algunas secuelas, pero la cirugía se pudo realizar, dos meses antes le había hecho un ecocardio, las cuestiones cardiológicas eran propias de sus antecedentes, no era nada alarmante”, aseguró. Con respecto a su estado anímico, reconoció que Maradona tenía síntomas de depresión y de abstinencia.

Después de Luque, llegó el turno de Mario Baudry, abogado de Verónica Ojeda, expareja de Maradona, quien se presentó en la fiscalía para solicitar ser querellante, con el fin de investigar si hubo abandono de persona.

“A Diego lo dejaron morir”, denunció más tarde en una entrevista radiofónica. También advirtió que va a solicitar que se investigue “hasta las últimas consecuencias” a todas las personas que participaron en el cuidado de Maradona.

“No había elementos adecuados ni la medicación para el corazón, ni había estudios clínicos, tuvo una caída donde se golpeó y no fue atendido (…) Diego tenía ganas de vivir y no estaba en condiciones de fallecer “, agregó el letrado.

Guerra de abogados
Baudry entró hoy en escena como abogado de Ojeda, a su vez madre del hijo menor de Maradona y, por lo tanto, su representante legal.

A él se suma Matías Morla, el exabogado de Maradona que fue contratado por Claudia Nora, Ana Estela, María Rosa y Rita Mabel, las cuatro hermanas del exjugador que también quieren que la justicia investigue qué le pasó, cómo y por qué murió.
Morla, a su vez, mantiene un duro enfrentamiento desde hace años con Claudia Villafañe, exesposa de Maradona y madre de sus dos hijas mayores, Dalma y Gianinna.

El abogado fue el encargado de demandar a Villafañe por fraude, estafa y malversación de patrimonio, una causa de alta exposición mediática, como todo lo que rodeaba al ídolo, y que derivó en un pleito permanente con Dalma y Gianinna, y en un distanciamiento entre Maradona y sus hijas.

De hecho, lo primero que hizo Morla fue apoyar a Luque, quien ya ha comenzado a sugerir que las hijas de Maradona lo abandonaron porque ni siquiera lo visitaban en su internación domiciliaria.
La lista de abogados del caso es larga, ya que todos los profesionales de la salud que atendieron a Maradona en su casa requerirán un representante porque serán llamados a declarar y podrían quedar imputados.

Una de ellos es Dahiana Gisela Madrid, la enfermera que intentó trabajos de resucitación y cuyos registros pormenorizados de la atención que recibía el famoso paciente ya fueron filtrados a la prensa. En su declaración judicial reconoció que había alterado el informe del último día en que atendió a Maradona porque su coordinador (es decir, el médico Luque) le pidió que incluyera que a las 09:30 horas del pasado miércoles, Maradona se había negado a realizarse la revisión médica, lo que no era cierto.

Su abogado, Rodolfo Baqué, aseguró en una entrevista con el canal TN que, de acuerdo con la enfermera, Maradona no fue atendido de problemas cardíacos, a pesar de que en los últimos días había sufrido diversos episodios de taquicardia y tampoco se le brindó asistencia tras una caída en la que se golpeó la cabeza, aunque habían pasado pocos días después de la operación. “No lo llevaron a un hospital a hacerse una resonancia o una tomografía, nadie lo llevó a ningún lado”, dijo.

La herencia
A la investigación sobre las condiciones en que murió Maradona, se añade el conflicto judicial que se avecina por una herencia todavía no cuantificada, pero que involucra millones de dólares en propiedades, joyas y cuentas bancarias.

En principio, la herencia se tendrá que dividir entre Dalma y Gianinna, las dos hijas que Maradona tuvo con Claudia Villafañe; Diego Armando Jr. y Jana, los hijos extramatrimoniales que tuvo con la italiana Cristiana Sinagra y la argentina Valeria Sabalaín; y Diego Fernando, producto de su relación con Verónica Ojeda.

Ellos son los cinco hijos que ya portan formalmente el apellido Maradona, pero el año pasado su abogado Matías Morla reveló que había otros cuatro jóvenes, de entre 18 y 20 años, que el exjugador había tenido en Cuba y que también los reconocería legalmente, aunque nunca volvió a mencionar el tema.

En Argentina, en tanto, Santiago Lara y Magalí Gil, de 20 y 26 años, mantienen abiertos juicios de filiación porque aseguran ser hijos de Maradona. Si el parentesco se demuestra, también tendrán acceso a la herencia