Ayer se despidió el primer mandatario de sus fans con un discurso de unos diez minutos en donde resaltó que durante su gobierno, mientras sus funcionarios ya empiezan a recorrer los pasillos de tribunales, de “cuidar al país para que no lo roben”.

Al hablar a una multitud desde un escenario colocado en la plaza, apenas a unos metros de las vallas que rodean la Casa Rosada, Macri instó a “defender la democracia, la calidad institucional y nuestras libertades” y prometió a su sucesor, Alberto Fernández, que “puede confiar en que después de mucho tiempo va a encontrar una oposición constructiva y no destructiva”.

“Me da tristeza ver que muchos de ustedes están angustiados acerca de lo que viene. No tenemos que estar angustiados, es un paso más de aprendizaje y crecimiento hacia ese futuro que todos deseamos”, sostuvo Macri, mientras la gente decía “sí”, admitiendo que tenía ese supuesto temor. Temor que tienen también 16 millones de pobres , los indigentes y desocupados. Temor que sus políticas puedan volver a retornar.