Nahuel Morales, el imputado que confesó al declarar por el crimen de Jorge Bustamante en Tandil, contó que un amigo suyo planeó el asalto a la víctima, dijo que los dos nuevos detenidos fueron quienes lo estrangularon y mataron a golpes en la cabeza con una rueda de auxilio y relató que antes de ser asesinado el joven reconoció a sus homicidas e imploró por su vida.

Una fuente judicial contó a Télam los detalles de la declaración indagatoria que el lunes por la tarde brindó Morales (19) ante el fiscal de Tandil Gustavo Andrés Morey.

Según la fuente, Morales le explicó al fiscal que ya había tenido cuatro encuentros sexuales previos con Bustamante (24), que se contactaba con él a través del Messenger de Facebook y que el pacto era sexo a cambio de que le diera para consumir bolsitas con aproximadamente “cuatro gramos de cocaína”, cuyo valor estimó en unos 2.000 pesos.

El joven contó que hacía unos días se había peleado con su padre y por ello estaba viviendo en la casa de uno de los nuevos detenidos, Ángel Tami (20), quien fue testigo cuando la madrugada del 24 pasado chateaba con Bustamante para un nuevo encuentro.

Según Morales, Tami le dijo “‘hacelo venir para asaltarlo y robarle la droga'”, aunque el imputado aclaró que él pactó el encuentro con Bustamante sólo “para poder consumir cocaína” y que nunca fue su intención asaltarlo.

Siempre según la confesión, Bustamante pasó a buscarlo en su auto, un Fiat Palio, por el barrio “La Movediza” y desde allí fueron a un sitio descampado a tener relaciones cuando de pronto aparecieron Tami y el tercer detenido, Emanuel Ramírez (19).

Morales afirmó que para “hacer un poco de circo”, Ramírez le pegó una trompada y él se la devolvió, pero que luego sus dos cómplices bajaron del auto a Bustamante y le dieron una paliza.

El acusado aseguró que en ese momento Bustamante rogó por su vida, les dijo a Tami y Ramírez que los conocía y que si querían droga o dinero tenía en su casa “lo que quisieran”.

Según la fuente judicial consultada por Télam, el acusado contó que subieron a Bustamante en el asiento trasero del vehículo, Ramírez ocupó el sitio de conductor, Tami viajó atrás con la víctima y él en el lugar del acompañante para seguir buscando droga y que de allí se retiraron.

El primer detenido recordó que, en ese trayecto, Bustamante, quien viajaba encapuchado con un buzo, llegó a morderle la mano o muñeca derecha a Tami. Explicó que tomaron la ruta 30 en dirección a la Escuela Granja, que luego bajaron a la derecha en un camino de tierra por donde recorrieron unos 20 kilómetros hasta pasar el haras General Lavalle, donde antes de llegar a las vías detuvieron el vehículo.

Siempre según la confesión de Morales, allí bajaron del vehículo a Bustamante, quien seguía rogando por su vida y les preguntaba si lo iban a apuñalar, y lo obligaron a arrodillarse. Detalló que Tami primero noqueó de una trompada a Bustamante y que luego, tanto su amigo como Ramírez, “le doblaron el cuello hacia atrás”.

Luego, dijo que llevaron a Bustamante al medio de la calle y allí Ramírez sacó del baúl la rueda de auxilio del Palio y se la tiró por la cabeza a la víctima. “Eso lo hizo cuatro o cinco veces, le pegaba con la llanta”, dijo Morales, según agregó a Télam la fuente judicial consultada.

Luego relató que metieron a Bustamante en el baúl, que en ese momento Ramírez le robó unas zapatillas Adidas y que ya de regreso a Tandil el mismo imputado descartó el celular iPhone de la víctima en un campo porque no podía desbloquearlo.

Por último, Morales dijo que a él lo dejaron en Tandil, que luego Tami llegó a la casa para llevarse la moto y que al día siguiente éste le contó que habían descartado el cadáver en un arroyo que se conoce como “el canalcito” y más tarde el auto, al que habían prendido fuego.