Un médico de Mar del Plata le contó a MdpYa las medidas de prevención que utilizan en una sede del SAME G.I.E, ubicada en Av. De Los Trabajadores 4400. Limpiezas al aire libre en pleno invierno, con lluvia y viento, más los constantes cuidados para prevenir el contagio de Covid-19, vuelven la actividad una rutina de alto riesgo.
En el marco de la pandemia, Guillermo Alberto Baltar, médico de Same G.I.E con matricula provincial 111.058, trabaja en la logística de pacientes: “Nosotros damos apoyo al Same y trasladamos pacientes entre instituciones provinciales, casos judiciales y otras tareas que impliquen actividad del Estado Provincial. En contexto de pandemia nuestro trabajo es llevar los pacientes más complejos al modular y trasladar los casos que están dados de alta hacia el hotel en donde continúan su convalecencia.”
Consultado sobre los protocolos que deben realizarse ante casos de Covid-19, contó que utilizan ropa y calzado liviano para poder trabajar cómodos, sobre esa ropa se colocan guantes quirúrgicos en las manos. “Yo uso remera manga larga y hago que el guante cubra el puño de la remera.” Además, se aplican botas que cubren el calzado hasta el pantalón.
“Seguido de eso nos ponemos los famosos mamelucos blancos que son de cuerpo entero e incluyen capucha, encima se coloca un segundo par de botas que se ata por sobre el mameluco para que no haya hendija ni filtración en el tobillo del uniforme, y sobre las mangas del mameluco nos colocamos un segundo par de guantes quirúrgicos, cubriendo la manga.”
Al terminar esta rutina, usan arriba de todo el uniforme un camisolín “como los que usan los cirujanos para operar,” detalló el médico. Además, se colocan un barbijo N95 con filtro y encima se usa una antiparra hermética y en la cabeza una cofia elastizada o una que se pueda atar. Sobre esto se aplica también un barbijo quirúrgico y la capucha del mameluco antes mencionado. Por último, se usa un tercer par de guantes que cubre los puños del camisolín y una máscara “que parece de soldador y es transparente,” indicó el profesional a MdpYa.
Sobre los traslados de pacientes con respirador, explicó que primero al llegar al lugar el personal de la sala debe desconectar a la persona de unas “bombas” usadas para regular los sueros, vaciar la bolsa de orina y desconectarlo del respirador para poder ser llevado. “Es un procedimiento muy delicado porque se produce la salida del virus a través del tubo que se le ha colocado al paciente, en este momento trabajan dos operarios, uno sobre el tubo del respirador y otro sobre el del paciente,” aseveró Baltar.
“Una vez que se desconectó todo se pasa al paciente a una camilla equipada con una capsula hermética. Se sube al paciente a la camilla, se cierra la capsula hermética y a partir de ese momento una persona comienza a bolsear a la persona, es decir, a reemplazar al respirador con una bolsa que se comprime rítmicamente para que se mantenga aireado, luego se le coloca un tubo de oxígeno. Así, se saca al afectado de la sala y se lo transporta a la ambulancia.”
Dentro del vehículo se puede continuar con la operación de bolseo si el viaje es corto, sin embargo si el recorrido es largo, la ambulancia cuenta con su propio respirador.
“Al llegar al hospital modular se lleva al paciente a la UTI (Unidad de Terapia Intensiva) del hospital modular y se debe volver a hacer todo el procedimiento anterior: conectar al paciente al nuevo respirador, conectar su suero a las bombas, sacar al paciente de la capsula y colocarlo en la cama en donde va a quedar,” explicó.
Todo este procedimiento llevan muchos minutos y debe hacerse con precisión y de manera lenta para evitar cualquier posible error.
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Desinfección
“Una vez que entregamos al paciente volvemos a la base, en ese momento el resto del equipo prepara el protocolo de recibimiento de la ambulancia, que consiste en preparar los elementos de higiene y de descarte del material usado y del vehículo. Una persona acerca un balde de lavandina y otro con detergente, un tacho de residuos patológicos y una máquina de humo que tira un líquido gaseoso para desinfectar a la ambulancia y a nosotros mismos,” contó Baltar.
La ambulancia y lxs profesionales deben higienizarse al aire libre, según lo establece el protocolo, por lo que la cercanía de la sede del SAME GIE ubicada a 20 metros del mar vuelve la actividad dura y difícil, ya que pude pasar en horas de la tarde, como así también a las «3 de la mañana en pleno julio, con lluvia y viento.»
“Pieza por pieza, se limpian los objetos de la ambulancia que han sido expuestos al paciente, una vez que se termina la descontaminación, procedemos a desvestirnos nosotros al aire libre, guiados por dos asistentes. Ellos nos supervisan y nos ponen alcohol en nuestras manos de forma constante. Cada equipo que tenemos tiene un protocolo distinto para ser retirados, hay movimientos previamente ensayados.”
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Lara E. Franco – Redacción MdpYa