El pasado domingo 13 de agosto se celebraron en todo el país las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). La noticia destacada anoche fueron las y los candidatos más votados. Un día después, desde MdpYa nos permitimos pensar: ¿Cómo se opone la población a la realidad actual y al sistema político? ¿Qué quieren decir los números de ausentismo y la alarmante duplicación de votos en blanco en nuestro municipio?

General Pueyrredon contó con 569.590 personas habilitadas en el padrón electoral para sufragar. La participación, esta vez, fue del 64,48%. Es decir, unas 367.271 personas participaron activamente en la jornada en estas PASO. En los días previos, el caudal de ciudadanos que se acercaran a las urnas generó temor en referentes políticos de diversos sectores por las diferentes experiencias que se registraron en las provincias desde febrero de este año.  Si se compara, la participación cayó 8,42 puntos porcentuales respecto de las PASO de 2019, cuando también se dirimieron cargos ejecutivos.

De esa totalidad de votos, 32.092 fueron en blanco. El 8.85% de la ciudadanía que fue hasta su establecimiento asignado para el sufragio decidió expresar su descontento con un sobre vacío. Eso no es todo. El porcentaje local de voto en blanco duplica la media nacional, que se registra en 4,4%. 

Antes de analizar los datos del ausentismo, es necesario dimensionar: una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa. El voto en blanco expresa un nivel de descontento y enojo hacia la dirigencia política más intensos que el voto nulo o el no-voto. Votar en blanco puede leerse como hacer todo el trámite que requiere una votación: chequear el padrón provisorio, hacer un reclamo por corrección de datos si fuese necesario, tomarse el tiempo de acercarse hasta el establecimiento preasignado, confirmar mesa y número de orden otorgados, hacer la fila, entregar el documento personal, e ingresar al cuarto oscuro a, simplemente, cerrar un sobre sin contenido en su interior. La molestia del tiempo y el desplazamiento para expresar el descreimiento del sistema, de las cosas como están. Y no solo eso: también la desesperanza de que no hay solución, o bien, las que hay en oferta no resultan satisfactorias o creíbles. 

Ahora, ¿Cómo se traduce la “pasividad” ante el voto? ¿Qué quiere decir que las personas no ejerzan su derecho al voto? Veamos los números. En estas PASO en General Pueyrredon se registró un ausentismo aproximado del 35,52%. O sea, 202.318 personas no fueron a votar. Es cierto que de esa cifra se desprenden casos de personas que se encuentran de viaje o con algún inconveniente de salud, por ejemplo. También cierto es que se trata de un ausentismo 8,42% mayor que el registrado en las PASO de 2019 en nuestras ciudades. Detalles del desagregado de esta cifra llegarán con el correr de las semanas.

“Esperábamos un nivel de ausentismo mayor, sabiendo que la ciudadanía se encontraba molesta con todo lo que estaba pasando en lo político y lo público, pero la gente se expresó” dijo a un medio colega María Eva Ayala, socióloga y -ahora- candidata a concejala por Encuentro Marplatense.

Es sabido que una porción importante de la población está enojada. Gobernaron unos y no funcionó, gobernaron otros y no gustó. ¿Y entonces? En este año tan particular donde celebramos 40 años ininterrumpidos de Democracia, cabe preguntarse: ¿por qué ante la posibilidad y el derecho a elegir, hay quienes optan por no hacerlo?