Los argumentos del presidente Mauricio Macri para intentar difundir ánimo entre sus partidarios cada vez son más rebuscados. Ayer, durante el brindis con el personal de la Casa Rosada por las Fiestas, aseguró que las secuencia de “tormentas” que sufrió su gestión durante este año que termina con récord de inflación y cantidad de pobres “nos han fortalecido”. Luego de los brindis de ayer, el Presidente bajó la persiana y arrancó sus nuevas vacaciones en el sur del país por tres semanas.

“Fueron momentos difíciles los que tuvimos que recorrer, pero terminamos sabiendo que tenemos grandes desafíos por delante, y sintiendo que estos desafíos que hemos ido superando, esto que llamé las tormentas sucesivas que hemos vivido, también nos han fortalecido, porque cuando estas cosas se van superando, se van incorporando en el diálogo y en el debate, en la construcción, eso nos va fortaleciendo”, expresó Macri en el Patio de las Palmeras de la Casa Rosada junto a su esposa, Juliana Awada, su hija Antonia y un Papá Noel bastante flaco, en el que algunos quisieron ver una imagen de la malaria general.

“Tenemos grandes desafíos el año que viene –siguió Macri– y espero y necesito que todos estemos firmes en este lugar haciendo nuestro mejor aporte; quiero agradecerles por el trabajo que han hecho, por el compromiso, por ser un equipo y porque en este espacio se transmita una sana vocación de construir algo mejor para todos los argentinos”. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, no se quedó atrás con las generalidades. “Hay que seguir construyendo esperanza y futuro y renovar el compromiso de salir adelante”, sostuvo.

Macri y Peña habían participado de la ceremonia de entrega de insignias y despachos a los mandos superiores de las Fuerzas Armadas recientemente ascendidos. El Presidente esquivó los conceptos profundos. “A cargar las pilas y baterías en Navidad y Año Nuevo para trabajar desde las nuevas responsabilidades haciendo el aporte que corresponde para construir el país que soñamos”, los convocó.

Por la mañana, Macri tuvo una actividad en el comedor comunitario de su aliada Margarita Barrientos, en el barrio Los Piletones. “Juntemos energías, que necesitamos seguir adelante en el 2019”, dijo al salir del comedor comunitario que crece sin que haya cambiado la realidad de pobreza de Villa Soldati, el barrio donde está ubicado, y que el jueves se inundó cuando cayó una fuerte tormenta.

El Presidente llegó a ese centro asistencial rodeado de una fuerte custodia de policías de civil, fotógrafos y camarógrafos oficiales, y ante un comité de bienvenida integrado por Margarita Barrientos y una decena de vecinos ubicados detrás de un vallado de seguridad. Lo acompañó Awada y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.

Hoy, el Presidente viajará a Villa La Angostura para iniciar sus vacaciones junto a su mujer y su hija. Como acostumbra, descansará en el exclusivo country Cumelén, donde también tiene casa su “hermano del alma”, el empresario Nicolás “Nicky” Caputo, recientemente designado cónsul honorario de Singapur en el país, cuyo gobierno se anotó para participar de la licitación del puerto de Buenos Aires. La designación del mejor amigo del Presidente como diplomático de un país extranjero todavía no pudo ser explicada fehacientemente.

Poco tiempo atrás, luego de la cumbre del G-20, el Presidenta ya se había tomado unos días de descanso, para reponerse del trajín que le aparentemente le demandó el encuentro. Ahora serán otros 21 días de descanso porque retomará la actividad oficial recién el 10 de enero. De esa manera, en estos tres años de mandato, Macri ya superará los 100 días de vacaciones.