Ideada por el ministro Luis Caputo, la negociación comenzó a primera hora del lunes 15 de mayo y el primer paso fue fijar la cotización del dólar a $ 25
El viernes 11 de mayo fue un día agitado en los mercados. El BCRA seguía perdiendo dólares para defender el tipo de cambio y entonces el presidente Mauricio Macri, un poco cansado de esa situación, se reunió con empresarios en la Quinta Presidencial de Olivos. La idea fue buscar una foto de respaldo, en vistas a la decisión del Gobierno de solicitar un crédito al Fondo Monetario Internacional (FMI), y preguntarles sobre su visión del país.

El encuentro generó expectativa en medio de las negociaciones con el organismo internacional, luego de que el dólar tocara un nuevo récord de 24 pesos y obligara al Banco Central a intervenir para calmar la cotización.

Los ejecutivos que fueron convocados por el Presidente y el ministro de Producción Francisco Cabrera fueron: Eduardo Eurnekian (AA2000), Enrique Cristofani (Santander Río), Miguel Acevedo (Presidente de la UIA), Luis Betnaza (director de Techint), Cristiano Rattazzi (FCA), Alfredo Coto (Coto),Eduardo Elzstain (IRSA), Martin Migoya (Globant),Jaime Campos ( Director de Asociación Empresaria Argentina),Amancio Oneto (Director de Molinos Rio de La Plata S.A / Molinos Agro),Gerardo Díaz Beltrán (Presidente de Came).

Tras el encuentro Macri se reunió con parte de su gabinete. Entre los funcionarios citados se encontraban la vicepresidente, Gabriela Michetti; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; los secretarios Mario Quintana y Gustavo Lopetegui; el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne; el ministro de Finanzas, Luis Caputo; el ministro de Producción Francisco Cabrera, el canciller Jorge Faurie; y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.

Por la mañana, el presidente mantuvo un reunión con Dujovne donde se barajaron las distintas alternativas que se abrieron tras el inicio de las negociaciones con el FMI en Washington, para avanzar con el entendimiento que busca cerrar un crédito “stand by” para la Argentina.

Antes en esa mima semana, por lo menos cinco de los más poderosos empresario de la Argentina -algunos no estuvieron en esa reunión- habían tenido conversaciones privadas por separado con Macri.

El Gobierno pasaba lo que tal vez fue su día mas dramático desde que comenzó su gestión. Los datos financieros que llevó el ministro de Finanzas, Luis Caputo, a Olivos hacían prever un lunes complicado y un supermartes que podría ser fatídico para el Gobierno.

Caputo ya había alertado el miércoles anterior al presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Federico Sturzenegger, que tendría que salir a dar una fuerte señal al mercado financiero; pero aún faltaba la reunión con los banqueros, del sábado siguiente.

Por otra parte, Macri ya había hablado con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, quienes apoyaban la idea de comenzar a domesticar al mercado financiero y frenar la suba del dolar.

Solo faltaban horas para el comienzo de lo que algunos hombres del Gobierno llamaron “Operación Bote”. El nombre venía de la propuesta financiera que tenía Caputo en mente y que consistía en colocar una emisión de Bonos del Tesoro (BOTE) en pesos por el equivalente a USD 3.000 millones antes de la apertura del mercado financiero del martes siguiente.

El sábado 12 de mayo el presidente del Banco Santander Río, Enrique Cristofani, fue el anfitirón de los presidente de los bancos extranjeros y nacionales. A su casa concurrieron Gabriel Martino, del HSBC; Alejandro Ledesma, del ICBC; Martín Zarich, del BBVA; Gabriel Manrique, del Macro, y Sergio Grinenco, del Galicia. El único interlocutor por el Gobierno fue Sturzenegger pero su propuesta de volver a subir las tasas de interés y seguir enfrentando al mercado no convenció a los banqueros.

Al enterarse de que la reunión había fracasado, fue el propio presidente Mauricio Macri quien decidió sumar a Caputo.

En la nueva reunión del domingo, la propuesta de los banqueros impulsada por Martino y Cristofani de reducir los encajes de los bancos para comprar parte de las Lebac que vencían el martes fue aceptada; así los banqueros dispondrían de unos $100.000 millones que tenían por la liberación de encajes para comprar Lebac el martes. Pero Caputo preparaba sigilosamente su jugada maestra.

Luego de conocido el acuerdo con los banqueros, ese domingo mientras anochecía, en Olivos se terminó de diseñar una negociación donde se definió que Caputo y Cabrera serían los hombres para manejar la crisis y se comenzó a convocar rápidamente a las principales cámaras empresariales del país como Idea, AEA y el Foro de Convergencia para que se reunieran con Caputo y Cabrera en el ministerio de Hacienda entre el lunes y el miércoles.

En esa reunión se había decidido dejar de utilizar el llamado método del tridente. Eso significaba dejar de lado en la decisiones económicas a Marcos Peña y sus dos vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, a quienes muchos de los ministros culpan por no haber tomado recaudos para evitar la crisis cambiaria que se desató con furia desde el 26 de abril pasado. También resposabilizaban a Quintana de haber dinamitado la reputación del BCRA al idear un cambio en las metas de inflación que se comenzó a aplicar desde el 28 de diciembre y que comenzó a despertar grandes dudas en el mercado financiero y en el empresariado.

Hasta el miércoles 3 de mayo, Macri defendía la posibilidad que le planteaba Sturzenegger de mantener el valor del dolar en una franja ubicada entre los $ 20,50 y 20,80 pero las reservas seguían cayendo y el valor del dolar continuaba subiendo. “Sturzenegger se negaba a lo que se llama ‘acostar al mercado’ con una fuerte oferta de dólares. El problema fue que en principio defendió un tipo de cambio fijo y luego recurrió a la flotación cambiaria con ventas de divisas que generaron una drástica caída en las reservas; lo que se estuvo haciendo fue: no dejar subir el tipo de cambio, gastar reservas y financiar la fuga de capitales”, comentó un banquero a Infobae.

La llamada “Operación BOTE” comenzaría a primera hora del lunes. A partir de ese día hubo una colaboración de Caputo con la mesa de cambios del BCRA, que ofreció al mercado USD 5.000 millones de dólares a $ 25 para fijar un precio a la divisa.

Ese era el primer paso del operativo para tratar de fijar la cotización del dólar en unos $ 25 por unidad.

“La estrategia de Sturzenegger de seguir defendiendo la paridad del dólar y perder reservas internacionales del BCRA que había comenzado desde el 26 de abril estaba por finalizar”, explicó a Infobae una fuente cercana al Gobierno. En una jornada cambiaria complicada, en la que el BCRA elevó el precio del dólar un 7,5% para calmar la corrida, los inversores y ahorristas le imprimieron dinamismo a la demanda del billete y el tipo de cambio cerró aún por encima, en los 25,51 pesos.

Con los requisitos de liquidez liberados, las entidades bancarias se preparaban para comprar Lebac el supermartes, cuando vencían unos $617.000 millones.

La mañana del martes arrancó con la tasa de los bonos del Tesoro americano arriba del 3%, el dólar apreciado contra distintas monedas y Wall Street cayendo casi 1%. Un mal escenario para una jornada clave que enfrentaba el Banco Central para llevar calma a los mercados.

A pesar de todo, dio resultado y renovó el 100% de las Lebac que vencían y hasta se dio el lujo de colocar el equivalente a $5.000 millones adicionales. La ANSES renovó todo lo que tenía invertido el Fondo de Garantía de Sustentabilidad y los bancos hicieron lo propio. Pero entre ambos grupos no superaban el 60% de los vencimientos. Sin embargo, sólo hubo renovaciones parciales del público, empresas y fondos comunes de inversión.

La millonaria oferta de USD 5.000 millones que realizó por segundo día el BCRA convenció a los inversores de que los dólares no sólo están disponibles, sino que las reservas están para ser usadas en caso necesario.

Aunque hubo demanda de divisas, finalmente tanto el tipo de cambio mayorista como el minorista terminaron con bajas superiores al 3,5%.

Pero faltaba la gran sorpresa del día. El anuncio de una emisión de dos bonos del Tesoro (BOTE) en pesos a 5 y 8 años por el equivalente a casi USD 3.000 millones, unos 73.400 millones de pesos. La tasa fija en pesos que aceptaron los inversores del exterior. Grandes fondos de inversión como Templeton y Black Rock fueron los grandes demandantes, con el 21% anual y 20% anual respectivamente.

“Se trató de una gran jugada del ministro Luis Caputo que le permitió mostrar al Gobierno que mantiene las puertas abiertas del financiamiento internacional pese a haber recurrido al FMI como prestamista de última instancia”. manifestó una fuente cercana al Gobierno a Infobae.

La “Operación BOTE” ideada por el ministro Caputo había sido exitosa en un contexto financiero internacional y local extremadamente riesgoso.

Finalmente, el miércoles 16 de mayo, un día despúes de la exitosa licitación de las Lebac, el presidente Macri consideró “superada la turbulencia cambiaria”, y reiteró que era necesario “un gran acuerdo nacional” con todas las fuerzas políticas de cara al futuro.

La gran duda del mercado financiero es si lo anunciado se cumplirá finalmente y esa es la gran apuesta del Gobierno para ganar la guerra desatada contra el peso argentino y otras monedas de la región desde el 26 de abril pasado. El oficialismo sostiene que el 15 fue una batalla ganada pero que todavía no se ganó la guerra.

C.Arbia-Infobae