Una beba de apenas un mes de vida ingresó en el hospital de niños Orlando Alassia de Santa Fe con problemas respiratorios severos producto de haber ingerido cocaína a través de la leche materna.

Luego de los análisis clínicos correspondientes, la madre de la criatura confesó haber consumido cocaína antes de amamantarla. Los estudios constataron la presencia de la droga en el organismo de la beba.

La recién nacida quedó internada en Cuidados Intensivos bajo estricta observación médica. Desde el hospital se informó de la situación a la Subsecretaria de Derechos de Niñez, Adolescencia y Familia para que se hagan cargo del caso.

Ya ocurrieron situaciones similares en las que menores de edad sufren intoxicaciones debido al consumo de sus padres. En noviembre de 2018, en Berisso, internaron a un bebé de un año intoxicado también con cocaína. Los progenitores habían llevado a su hijo al hospital “descompuesto”. Tras análisis de orina los médicos detectaron la presencia de la droga en la sangre.

El hombre admitió que tanto él como la madre eran adictos. La gravedad del caso aumentó cuando los estudios realizados al bebé arrojaron que “por el nivel demasiado alto de cocaína” no se pudo haber intoxicado por amamantamiento, por lo que las dudas se centraban en si había consumido de forma accidental o suministrada por sus padres. Los progenitores quedaron a disposición de la justicia por “abandono de persona agravado”.

Informe del Hospital Gutiérrez

A la vez que sucedía el caso del bebé intoxicado en Berisso, el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez publicaba que solo en dicha institución durante el 2018 habían atendido 31 casos de menores de corta edad con droga en sangre.

Según el informe, un 29% de los internados tenía menos de 28 días; el 34% menos de 6 meses; y el 18% entre 1 y 3 años.

Los síntomas que pueden presentar los bebés intoxicados son: irritabilidad, convulsiones, falta de apetito y de sueño