Los casos no bajan. Los contagios siguen creciendo exponencialmente. Llevamos 17 días de retroceso de fase y el promedio diario de casos es de 258. Esto da la suma escalofriante de 8.000 CONTAGIOS EN UN MES. Si nos quedamos quietos y esperamos que “pase” son 100.000 habitantes en un año. Y los parientes cercanos. Escalofriante.

Tenemos 258 casos diarios de promedio hace 17 días y, lo que es peor, quienes deben darnos resultados también están colapsados. Pueden testear, según manifiestan desde el INE hasta 500 procesos diarios y son muchos los días que reciben entre 800 y 900 pruebas para realizar.

“El brote que pasó a tres focos y que siempre estuvo controlado se transformó en el sistema está stresado”. Las definiciones del intendente se fueron cayendo una a una con el transcurrir de los días y el avance vertiginoso del virus. Todo esto sin aplicar un programa en los barrios como el detectar, en donde hay vecinas y vecinos con sintomatologías pero nadie, salvo las comunicaciones y seguimiento de los Comités Barriales de Emergencia, desde el municipio les da una respuesta a miles de marplatenses y batanenses.

El descontrol y desborde de un ejecutivo que no tiene respuestas efectivas requiere que, de una vez por todas aplique una medida en favor de la salud de todos. Son muchos los municipios, con más o menos habitantes, que han adoptado la medida de aislamiento masivo por unos días para poder frenar el virus, descomprimir los centros sanitarios, desocupar camas, recuperar personal de salud y poder prepararnos mejor para una temporada que se presenta incierta.

Bien podríamos ayudar, como destino turístico que somos a preparar esa temporada estival bajando los casos y teniendo personal descansado y camas disponibles. Sin vacunas no hay medidas milagrosas: el aislamiento es la única respuesta efectiva e inmediata.

¿De qué sirve seguir preparando protocolos si cuando llegue diciembre el número de contagios podría estar cercano a los 35.000? ¿Para qué?.

Ayer a última hora, desde este medio se consultó a una autoridad bonaerense del área de salud, quién sostenía sobre la situación en General Pueyrredón “Aunque sea doloroso, se necesitan unos días de Fase 1. No van a poder bajar los casos si no frenan la circulación de personas por unos días. Es mejor hacerlo ahora, más tarde puede ser de suma gravedad”

Es hora que el intendente toma cartas en el asunto, fije una política diferente (hasta ahora la suma de medidas aisladas, declaraciones inconexas y respuestas fuera de tiempo no son sinónimo de medidas) y reaccione con rapidez así ganaremos en salud y podremos retomar actividades con el vigor de no tener la soga al cuello en el sistema sanitario.

Al que siempre sostiene “que circule el virus y se contagien los que se tengan que contagiar” la realidad le contesta con datos contundentes: en ningún lado fue la solución efectiva y definitiva. Quienes ya se contagiaron y pudieron salir de ese trágico momento deben controlarse periódicamente ya que está demostrado que, depende de las personas, deja secuelas en el organismo.

No nos dañemos más. 

Israel cierra todo por 10 días. Las autoridades sostienen que en ese lapso de confinamiento lograrán reducir el nivel de contagios un 80%. Lo mismo sucede con municipios de varias de nuestras provincias.

Esto es, trasladado a Mar del Plata, volver a 50 casos diarios, de los cuales entre 8 y 10 necesitarían atención médica y un número menor requeriría de ocupación de camas UTI.

Este es el momento de limar diferencias entre todas las vertientes que conviven en el escenario marplatense: aperturistas, superaperturistas, los que se cuidan, los que previenen. Empujar todos juntos POR DIEZ DÍAS en una política de protegernos como comunidad y de esta forma poder salir y transformar esta realidad.

Tener actividades a medias, reclamos de no poder abrir durante días es desgastante para todos. Aislarnos un lapso prudencial y prepararnos para poder tener actividades en funcionamiento es la única opción.

De no ser así, ya hace semanas lo vienen diciendo, advirtiendo, reclamando desde distintos sectores y profesionales, una vez más el jefe comunal no escuchará y estaremos entrando a un desastre sanitario. Estamos en la puerta del mismo.

Aprovechemos para girar de rumbo y no entrar por esa puerta que nos llevará a un destino oscuro y de más dolor a marplatenses y batanenses.

RedacciónMdPYA