“La carrera del investigador/a científico y tecnológico del Conicet nos da la posibilidad de poder vivir de la ciencia, estudiando, transmitiendo y desarrollando conocimientos a través de este organismo público, por lo que la finalidad última de nuestras investigaciones deben volver a la sociedad a través de soluciones concretas a sus necesidades”, afirmó en diálogo con Télam el director del Centro de Referencia para Lactobacilos (Cerela), Jean Guy LeBlanc, oriundo de Canadá y naturalizado argentino.

“Tengo el orgullo de dirigir el Instituto donde realicé mis investigaciones para obtener el título de doctor en Bioquímica de la Universidad Nacional de Tucumán gracias a becas del FonCyT y Conicet”, agregó.

Por su parte, la doctora en Bioquímica e investigadora principal del Conicet en el Centro, María Pía Taranto, contó a Télam sobre su “gran arraigo” por Cerela, que definió como su “segunda casa”.

“Siento orgullo de pertenecer al sistema científico tecnológico argentino. Pasamos muchas horas en la institución haciendo lo que amamos, a pesar de las dificultades y bemoles que se presentan a diario”, explicó.

Entre las dificultadas, señaló que “no es fácil hacer ciencia en países en desarrollo, pero tenemos un alto nivel científico en nuestro país, competitivo con el resto del mundo”, y remarcó que dedicarse a la investigación “desde una provincia es diferente que desde Buenos Aires”.

La científica se formó académicamente en el sistema de educación pública y el Conicet.

“Siento que fue una decisión personal y profesional acertada quedarme, coherente con mis convicciones de hacer ciencia en mi país y tratar de retribuir lo que he recibido”, valoró.

En Cerela, Taranto comenzó como becaria doctoral de Conicet en el año 1995, hizo su doctorado allí, luego un posdoctorado con estancias en España e Italia e ingresó a la carrera de investigador de Conicet en el año 2002.

“Fue un honor que me dieran la oportunidad de continuar mis estudios de posgrado y comenzar mi carrera en investigación, agradezco a la doctora Aída Pesce de Ruiz Holgado y al doctor Guillermo Oliver, fundadores del Instituto y fundadores de Cerela”.

Entre sus mentores estuvieron la doctora Graciela Font, una referente en investigación básica y aplicada de alto nivel, que avizoró la potencialidad de transferir tecnología y le transmitió el compromiso y perseverancia en investigar para resolver problemáticas de la sociedad, concluyó la científica.

En cuanto a LeBlanc, sus mentores fueron la doctora Graciela Savoy y el doctor Fernando Sesma, entre otros.

“Es mi objetivo continuar con el legado de los que me precedieron para que Cerela siga creciendo como instituto de referencia reconocido mundialmente”, concluyó el director.