La titular del FMI insistió con que la deuda no es sostenible y destacó la actitud del gobierno de buscar un sendero para resolver esta crisis de deuda.

“Todavía hay tiempo, las negociaciones están en curso y no quiero interferir. Eso no es para nosotros. Esperemos que un compromiso continuo traiga un buen resultado”, dijo este viernes la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en relación la situación de la renegociación de la deuda argentina.

Fue en su participación en un evento organizado para analizar la marcha de la pandemia en Europa. La funcionaria también elogió la respuesta del gobierno argentino frente al coronavirus. Más allá de la referencia a la situación nacional, Georgieva advirtió que la crisis económica mundial va a disparar tensiones en el pago de las deudas de muchos países, ya que los ingresos vía exportaciones y por el canal financiero cayeron estrepitosamente, al tiempo que crecen los compromisos del gasto público para sostener el sistema sanitario y a los hogares y empresas afectadas por las medidas de restricción sanitaria. Para el Fondo, la crisis actual muy superior a la de 2008/09 e incluso es más aguda que la crisis de 1929.

“La Argentina y los acreedores están negociando, todavía hay tiempo para que esas conversaciones sigan adelante y no quiero interferir, eso no es para nosotros. Lo que puedo decir es que vimos que la Argentina tuvo una actitud responsable en dos aspectos, el primero se relaciona a las medidas adoptadas en este contexto de pandemia. El gobierno actuó de forma temprana y protegió a los sectores más vulnerables.

Y es nuestra impresión que Argentina quiere llevar a su economía a una etapa de mayor fortaleza en términos de sus pilares macroeconómicos, y que reconoce la importancia de encontrar un sendero para resolver esta crisis de deuda. Nuestra definición es que la deuda argentina no es sostenible. Esperemos que un compromiso sostenido pueda llegar a un buen resultado”, indicó Georgieva, al ser consultada por el caso argentino.

En medio de la pulseada con los acreedores, días atrás el gobierno pagó un vencimiento de intereses al FMI por 324 millones de dólares, parte de la deuda con el organismo de 45 mil millones de dólares que dejó la administración de Mauricio Macri. No corrió la misma suerte el vencimiento de 1900 millones de dólares que el país tenía con el Club de París, que no fue atendido por las arcas nacionales. El gobierno considera que los sucesivos guiños que hizo el Fondo a la posición argentina es un activo de peso en la negociación con los bonistas.

El organismo no sólo calificó de insostenible a la deuda sino que consideró que la solución pasa por una quita considerable que deben soportar los bonistas privados.

La Argentina también tiene un curso una negociación con el propio FMI, ya que el país debe afrontar en 2021 y 2022 vencimientos de capital del préstamo acordado por Macri del orden de los 46 mil millones de dólares, que a todas las luces son imposibles de pagar. “Argentina consultó al Fondo acerca de las consultadas vinculadas al artículo 4 y también dijo que quisiera tener un programa.

Por supuesto, estamos allí para cualquier miembro, especialmente para los que están en una posición difícil”, dijo Georgieva. La funcionaria viene advirtiendo sobre dificultades en el pago de la deuda de parte de los países más pobres. En el Fondo no consideran que un eventual default vaya a cerrar por completo las puertas a un nuevo programa de financiamiento.

En tanto, el vocero del FMI, Gerry Rice, señaló que “esperamos que un acuerdo con participación de los acreedores pueda ser alcanzado y que permita recuperar la sustentabilidad de la deuda”.