La provincia de Corrientes está prendida fuego: hay focos por todos lados –más centrados en el centro-norte– en un bioma de pastizales resecos por falta de lluvias, donde también hay forestaciones de pinos, una combinación fatal.

Una zona crítica son los sectores norte y oeste de los Esteros de Iberá. En un reporte del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA—publicado el viernes, se dice que ardieron ya 800.000 hectáreas, el 9% territorio provincial. También murió un bombero voluntario en un accidente en la ruta por el humo: José Luis Mombaj (38). Hay decenas de lenguas de fuego –algunas de un kilómetro– avanzando por el norte de la provincia, incluso sobre humedales.

José Vizcaichipi tiene un emprendimiento de ecoturismo y en conversación telefónica con Página 12, se resiste a hablar de su drama particular: “el fuego está en todos lados desde hace 50 días. Son dos años de seca y la provincia tuvo un déficit hídrico de 2000 ml. El pasto comido se prende fuego solo. Es un problema ambiental pero también cultural; hay una pésima cultura de uso del fuego en todos los sectores: un ganadero hace quema para renovar pastizales de manera no planificada; otra persona pesca una tararira, hace un asado y apaga mal el fuego; otro tira un pucho; los forestadores plantan muchas hectáreas en continuo y no hay un cortafuegos por la mitad. Hay muchos factores. En Corrientes llueve mucho y eso suele atenuar el problema, pero cuando no llueve, todo explota. El culpable somos todos: los políticos se tiran la pelota –que si provincia o nación– pero yo no voy a entrar en esa. Ahora atacamos temas puntuales, pero debemos instalar que haya un cambio cultural; no se puede prohibir fumar pero hay que enseñar a apagar bien el pucho; podés pescar pero no dejar carbones prendidos, podés forestar pero…”.

Es notable la entereza con que Vizcaichipi habla sobre la búsqueda de soluciones de fondo, cuando ayer, él y sus padres productores agropecuarios, perdieron casi todo.

Fuente: Página 12