El hallazgo del ARA San Juan, confirmado en la madrugada del viernes, no marca el final de la búsqueda por parte de las familias de los 44 tripulantes, según remarcaron en distintas declaraciones con la prensa.
El sábado por la noche seguían en los dos puntos donde se instalaron a la espera de novedades por parte de la Armada y del gobierno nacional. Por un lado, aquellos que son del interior del país estaban en el Hotel Tierra del Fuego, ubicado en el centro de Mar del Plata.
Por el otro, en su mayoría los marplantenses, continuaban en la Base Naval que se encuentra en el puerto. Permanecen ahí desde que se les notificó que el submarino había sido localizado a 907 metros bajo el mar en la llamada área uno.
“Luchamos, lloramos. El submarino se puede sacar”, aseguró Yolanda, madre de Leandro Cisneros. “Los familiares se están quedando y están viniendo más de todas partes”, agregó en la puerta del Hotel Tierra del Fuego.
“Tenemos la esperanza de que escuchen a los familiares y que por respeto a nosotros y a nuestro duelo quieran reflotar el submarino porque sabemos que se puede hacer. Ya lo ubicaron, ahora que nos entreguen a nuestros seres queridos”, dijo Cecilia, la mujer del tripulante Luis Leiva. “Estamos esperando novedades para saber cómo está el casco y vamos a empezar a luchar para el reflotamiento, para encontrar una respuesta y finalmente saber bien qué pasó”, insistió.
“Estamos viviendo una pesadilla. Yo quería otro desenlace. Hasta el viernes cuando llegó este parte, yo lo seguía esperando. Me cuesta soltarlo. Ahora solo pienso en luchar y en pedirle a la jueza que por favor colabore para que refloten al submarino. Voy a seguir pidiéndolo. Todo el pueblo argentino quiere que lo refloten, saber la verdad y ver que ellos están ahí. No me sirve que Hernán quede en el mar, yo lo necesito ver, saber que su cuerpo está ahí. Voy a seguir luchando por eso”, afirmó Marcela Moyano, la mamá de Hernán Rodríguez.
Los rostros emocionados, los ojos llorosos y las voces quebradas fueron una constante en la Base Naval y en el hotel. Hubo abrazos y llantos. Y un mensaje claro: que se haya terminado la búsqueda del ARA San Juan no significa que las 44 familias hayan terminado con la suya. Ahora la lucha ya no será encontrarlos, sino recuperarlos, darles el último adiós.