La provincia de Buenos Aires cambió, otra vez.

De la mano del ex ministro de Economía Axel Kicillof, el peronismo volvió a ganar en su histórico bastión, el distrito más poblado del país. La gobernadora María Eugenia Vidal, pese a ser la dirigente política con mejor imagen de Cambiemos quedó en un lejano segundo lugar, a más de 16 puntos del precandidato del Frente de Todos.

Según los últimos datos disponibles, Kicillof obtenía un 49 por ciento de los votos frente al 32 de Vidal. La diferencia generó un clima de enorme optimismo de cara a las generales de octubre, sobretodo por que en la provincia no hay sistema de doble vuelta. El precandidato de Consenso Federal, Eduardo “Bali” Bucca, quedó muy lejos con un reducido 5,75 por ciento.

La unidad del peronismo bonaerense rindió sus frutos, emparejando la diferencia que obtuvo Alberto Fernández respecto de Mauricio Macri a nivel nacional. Sergio Massa y Felipe Solá, candidatos a presidente y gobernador por el frente UNA en 2015, se integraron al Frente de Todos y lograron incorporar buena parte de aquel caudal electoral al proyecto que encabezan Kicillof y la intendenta de La Matanza, Verónica Magario.