Nota realizada por el Equipo de Trabajo del Espacio para la Memoria y la Promoción de los DDHH, ex ESIM.

A les compañeres de Espacios para la Memoria de todo el país,

Organismos de Derechos Humanos,

Organizaciones del campo popular.

Les queremos notificar de una situación de gravedad sucedida el sábado 12 de noviembre de 2022 en el Espacio para la Memoria y la Promoción de los DDHH ex ESIM de Mar del Plata. A la vez, sumamos una consideración sobre la situación por la que venimos atravesando.

El sábado 12 de noviembre del 2022 a las 10 de la mañana realizábamos un recorrido guiado con la cátedra Taller de Práctica III de la Licenciatura en Trabajo Social de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Asistieron ocho estudiantes. Como el Colectivo Faro de la Memoria realizaba un taller en el mismo horario en el salón de usos múltiples, comenzamos la charla y el taller introductorio del recorrido en la oficina del equipo de trabajo.

Mientras hacíamos el taller, sentados en la mesa de reunión, ingresaron a la oficina, a los gritos dos hombres de unos 60 años con anteojos negros. Gritaban que todo lo que se decía en este lugar era mentira y que ellos habían estado en la Escuela de Suboficiales de Ifantería de Marina “en el ochenta”.

Ante la sorpresa comenzamos a reiterarles que se retiraran, que habían entrado a una oficina de trabajo y que estábamos trabajando con un grupo. Se quedaron parados en la puerta de la oficina, impidiendo la posibilidad de salida, repitiendo incontables veces que todo lo que se decía era mentíra, le hablaban al grupo: “Ustedes son jovenes y tienen que saber que todo lo que le dicen acá es mentira”, “son todos zurdos”.

Despues de un rato, el hombre que más gritaba salió y continuó reiterando las mismas frases a los gritos pero desde la ventana de la oficina. El otro hombre ingresó unos pasos más adentro. Se le continuó diciendo que debían retirarse. A lo que respondía: “A mi no me va a sacar nadie”.

Ante esta situación se le manifestó que si no se iban llamaríamos a la seguridad. Argumento meramente retórico porque ese día no se contaba con la presencia de seguridad en el Espacio. De todos modos, empeoró la situación porque volvíó a plantear: “llamá a quien quieras pero a mi no me saca nadie”.

Después de repetir varias veces este intercambio se retiró diciendo: “Lo que iba a decirles es que los desaparecidos son solo 4 mil”. Cuando se fueron se pudo observar que estaban acompañados de al menos dos hombres más. Finalmente, mientras se iban del espacio, continuaban gritando.

Como es sabido el Espacio del “Faro de la Memoria” tiene la carácterisitica de recibir a un público diverso que, en la mayoría de los casos, ingresa a conocer el faro, en otros casos van por el Espacio para la Memoria y, en tercer lugar, ex estudiantes y ex conscriptos que vuelven a visitar el predio donde estudiaron o hicieron el servicio militar obligatorio.

Esta situación particular nos pone como trabajadores constantemente ante la vinculación con un público que trae consigo las representaciones sociales de toda la sociedad argentina y, con ellas, sus formas de expresión. En la gran mayoría de los casos pacíficas pero, en otros, a través de formas violentas de modo verbal. Esta vez, dió un paso más. Se decidió ingresar a una oficina, cerrar la posibilidad de paso y expresar de modo muy violento una posición que de no haber sido manejada de manera calma por quien realizaba el taller o, por alguno de los participantes del recorrido, podría haber escalado a otras formas.

Las formas de tramitar el pasado represivo argentino siempre han sido diversas pero, en los últimos tiempos, expresiones negacionistas y reivindicadoras del proceso represivo vuelven a tener una importante agencia de expresión pública y, con ellas, estas formas de manifestación violenta.

Los equipos de trabajo de los Espacios de Memoria somos quienes ponemos el cuerpo y la palabra frente a esto. Y esto no puede seguir pasando. Es necesaria e impresindible la generación de un espacio en el ingreso del predio que articule las funciones de: recepción, vigilancia y seguiridad. Hoy en día estas funciones están siendo desarrolladas de modo asistemático y no acompañan los procesos de apertura y el crecimiento de las actiividades que se desarrollan en el Espacio para la Memoria.

En el día de la fecha hemos decidido, muy a nuestro pesar, que mientras no se resuelva esta situación, trabajaremos a puertas cerradas cuando no haya personal de seguridad en el predio. A la vez, reiteramos la urgencia de que se asigne un espacio físico en el ingreso del predio para cumplir las funciones de recepción, vigilancia y seguridad.