Así lo afirmó para Perfil Daniel Menéndez, uno de los referentes de Barrios de Pie, tras dar a conocer la noticia de la muerte de Agustín Navarro, dirigente social de la agrupación dentro de la Villa 31, infectado por COVID-19. «Todo un dolor. Hace mas de 5 años que trabajaba ahí adentro, en la Villa. Estaba entusiasmado para entrar al CBC», exclamó.

«Yo vengo de perder a un compañero, estoy bastante cruzado por eso. Estoy con mucha bronca, me parece que hay una idea que desnuda la desigualdad, un país muy desigual. Esta claro que vamos a un escenario donde el corte en término de muertes no pasará por la edad sino por la situación en la escala social. Si tenes determinadas posibilidades materiales tendrás un panorama y en un barrio humilde es mas complicado. Dentro de ese ultimo grupo morirán los militantes sociales que están poniendo el pecho. Nos cuesta mucho construir organización popular. Tiene que haber un plan de urbanización», aseguró.

A su vez, destacó que «hay una situación de emergencia»: «Hay funcionarios que le están poniendo el cuerpo muy fuerte. Recién hablé con el “Cuervo” Larroque (Desarrollo de la Comunidad en Buenos Aires) que está laburando a brazo partido con movimientos sociales. Se hará lo que se pueda hacer. En el esquema de prevención y aislamiento hay que descansar mucho en la organización comunitaria. Son clave para ver si hay que aislar», agregó.

Fue consultado sobre cuánta gente tienen infectada de Barrios de Pie; respondió que no saben el número pero que «aparecen por todos lados»: «Lo que veo es una actitud de cuidado. Nadie quiere morir ni que se mueran sus familiares. Es la misma actitud que uno percibe en los sectores medios pero no tienen las condiciones para cuidarse, para aislarse. Están condenados. Hay que extremar las medidas de cuidado desde la comunidad. Hace 30 años que se llega tarde a las villas. Es como una persona que no estudia nunca y quiere resolver el examen estudiando dos días antes. No hay ni agua ni cloaca. Son cosas estructurales que vienen desde hace tiempos», afirmó.

Por último, reflexionó que «tiene expectativa en el presidente»: «Hay que estar. Hay que pagar el costo del esfuerzo y salir rápido con un fondo que atienda la urbanización de los barrios populares. Sino si será un enorme derrota. La desigualdad hoy está expuesta. En Europa se mueren los viejos. En Argentina se van a morir los pobres la próxima semana. Eso se tiene que resolver. Es una agenda de pos emergencia. Ahora hay que aislar rápido y el Estado proveer todos los mecanismos para que se pueda salir de la mejor forma posible. Luego hay que reactivar con obra publica».