La madre de Brandon Romero, el joven de 18 años asesinado de siete tiros por un subteniente de la policía bonaerense durante un intento de robo en Mar del Plata, en julio de 2020, aseguró hoy que a su hijo “lo fusilaron”, al declarar en el marco del juicio por jurados que busca determinar si se trató de un caso de “gatillo fácil” o si el acusado actuó en “legítima defensa”.

Romina Vergara, mamá de la víctima, relató que su hijo “estaba desarmado” al momento del hecho, y que el efectivo Pedro Arcángel Bogado (39), imputado por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, “nunca dio la voz de alto” para identificarse como policía, y que lo “destrozó, lo mató como a un perro”.

Creería yo que todos tienen derecho a tener un juicio digno, y que si alguien se equivocó porque algo se le cruzó por la cabeza y fue a robar, para eso están los tribunales y las cárceles, que no hace falta fusilar a una persona. Nadie se merece que lo fusilen; mi hijo tenía siete tiros en el cuerpo. Nunca voy a entender por qué tanta saña”, aseguró la mujer al declarar ante el tribunal ciudadano .

Su testimonio fue uno de los primeros en el marco del juicio por jurados que se lleva adelante desde este lunes en la sala de audiencias del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil marplatense.

La segunda audiencia se puso en marcha minutos después de las 10 con los lineamientos de apertura de las partes, luego de que la primera jornada se utilizara exclusivamente para la selección de los jurados.

En primer término, presentó las líneas de su acusación el abogado César Sivo, quien junto a Romina Merino representan a la familia de Romero en calidad de particular damnificado. Sivo y Merino son los únicos acusadores en el juicio, ya que el fiscal que intervino en la investigación del caso había pedido el sobreseimiento del imputado al cierre de la instrucción.

Según sostuvo Sivo, Bogado “ejecutó sin miramiento alguno” a Romero con su arma reglamentaria en la madrugada del 5 de julio de 2020, tras un intento de robo mientras el efectivo conducía una moto eléctrica por la ruta 226, en las afueras de la localidad balnearia.

Subrayó que el joven asesinado se encontraba “desarmado”, y que el efectivo “entendió que estaba habilitado, no se sabe por qué, a ejecutar a una persona” y a imponer “una pena de muerte”, pese a que el delito de robo prevé una pena de “entre 15 días y 4 años”.

Precisó además que Bogado le dio “balazos en las piernas a Romero, que quedó tirado en la ruta” y que luego “se desplazó hasta llegar a su lado y terminar de ejecutarlo” con “tiros en su cara y su cabeza”.

La defensa del policía, encabezada por Martín Bernat, señaló por su parte que fue víctima de “una cacería” al ser “seguido por al menos cinco personas”, que “intentó huir” y que “no lo logró”, por lo que “no le quedó otra opción que defenderse”.

Bernat aseguró que en el juicio quedará demostrado que Bogado actuó “en legítima defensa”.

El primer testigo de la jornada fue el padre de Romero, quien lo definió como “un chico trabajador, que era panadero y se levantaba todos los días a las 3 para trabajar”, y luego de esas apreciaciones iniciales debió recibir asistencia médica porque sufrió una descompensación.

A continuación declaró la madre del joven, y luego el papá retomó su testimonio, en el que sostuvo que, de acuerdo a lo relatado por uno de los jóvenes que estaban con Romero esa madrugada, “vieron la moto reglada, se la quisieron llevar y Bogado tiró”.

“Por más que haya hecho lo que haya hecho, no se merecía la muerte que tuvo”, expresó el hombre.

De acuerdo a las pericias realizadas en el marco de la causa, Romero recibió siete impactos de bala y, tras caer sobre el pavimento, fue arrollado por vehículos que circulaban por la ruta y falleció en el lugar.

En el juicio están previstas las declaraciones de más de 30 testigos, que se extenderán al menos hasta el viernes.

Una vez finalizadas las testimoniales, será el turno de los alegatos, y luego el jurado pasará a deliberar, hasta arribar a un veredicto.

Familiares y allegados de la víctima se concentraron desde temprano en las inmediaciones de la sede judicial, que estuvieron valladas.

Télam