Tras el golpe de Estado producido contra el gobierno democrático de Arturo Illia, el  29 de julio de 1966 se produjo el desalojo de docentes y estudiantes de cinco facultades de la UBA, hecho que culminó con la fuga de cerebros por el éxodo de investigadores y científicos.

Ante una nueva conmemoración de la noche de los bastones largos, MdpYa consultó a Mariana Pozzoni, profesora y doctora en historia por la UNMDP, para conocer causas y consecuencias de esta fecha.

“La Revolución Argentina, nombre con el que se autodenominó la dictadura, implicó un cambio en la forma de intervención de los militares en la vía política porque fue un golpe de Estado que planteó interrumpir la democracia para quedarse, para gobernar sin plazos y con objetivos,” comenzó explicando Mariana Pozzoni.

Hasta ese momento, los golpes de Estado que se habían producido en el país tenían el objetivo de “ordenar las cosas” para convocar nuevamente a elecciones, sin embargo en el caso de la Revolución Argentina se planteó llegar para gobernar “el tiempo que fuera necesario, sin restablecer el poder.”

“A poco más de un mes de iniciada la dictadura, Juan Carlos Onganía, el presidente de facto de ese entonces, firmó un decreto que suprimía el gobierno tripartito  y la autonomía en las universidades nacionales. Ante esta situación quien era el rector de la Universidad Nacional de Bs As, Hilario Fernández Long, rechazó las medidas por considerar que atentaban contra la democracia de las Universidades, y presentó la renuncia junto a su grupo de asesores”, manifestó la profesora y doctora en historia.

Al mismo tiempo, Pozzoni explicó que se produjo la toma de los edificios de varias facultades de la UBA, entre ellas, Ciencias Exactas y Naturales, Arquitectura, Filosofía y Letras, Medicina e Ingeniería. La jornada fue llevada a cabo por estudiantes y docentes que se oponían a estas medidas ejercidas por el gobierno de facto.

“La respuesta del gobierno fue reprimir violentamente la ocupación de la toma de estas facultades, por lo que se habilitó a la guardia de infantería de la policía federal a ingresar a los establecimientos para desalojar a quienes se habían propuesto resistir a la medida, y es por esta razón que se conocen los hechos como la noche de los bastones largos por el grado de violencia y represión.”

Tras este hecho, hubo un centenar de personas detenidas y otras heridas. Otra consecuencia fue que más de mil docentes de la Universidad de Bs As renunciaron a su cargo, dando lugar a lo que se conoció como la fuga de cerebros, ya que muchos de los académicos continuaron con sus carreras en el exterior.

Pozzoni indicó que había un objetivo tras las medidas impulsadas por Onganía y era la despolitización de las universidades, “ya que consideraba que se habían convertido en espacios germinales de militancia comunista,” indicó la doctora a MdpYa.

“Podemos pensar que más allá del saldo de la represión, la violencia y la fuga de cerebros, sus objetivos no pudieron ser cumplidos. Porque si bien hubo un cercenamiento de las libertades individuales en donde no sólo se limitó la intervención en las universidades sino que también se produjo la interrupción de la actividades políticas por canales institucionales y la disolución de los partidos políticos; la resistencia popular irá adquiriendo cada vez mayor fuerza y se va a expresar como corolario en el Cordobazo en 1969,” finalizó Pozzoni.

Lara E Franco – Redacción MdpYa.