El 6 de marzo pasado, Elizabeth Báez (50) salió corriendo espantada a la calle a pedir auxilio porque acababa de encontrar a su flamante marido, Héctor Eduardo Ramírez (44), colgado de una viga en su gomería de San Francisco Solano, partido de Quilmes.

En medio de una crisis nerviosa, la mujer, alertó de que su esposo se había suicidado, por lo que solicitó ayuda a sus vecinos, quienes llamaron al 911. En su declaración a la policía, Báez dijo que horas antes había mantenido una discusión con Ramírez, razón por la que adujo que el hombre había tomado la decisión de quitarse la vida.

Sin embargo, si bien su mujer lo creía muerto, cuando la policía de la comisaría 4ta. de Quilmes y personal médico llegaron al local, ubicado en la avenida Mosconi y calle 853, constataron que Ramírez tenía signos vitales. Inmediatamente lo trasladaron al hospital más cercano, donde quedó internado en coma inducido.

La sorpresa llegó días más tarde, cuando el hombre se repuso, volvió en sí y dio un relato que cambió por completo la investigación que lleva adelante el fiscal Ariel Rivas, ya que acusó a su esposa y a la ex pareja de ella por intento de homicidio.

Báez y Ramírez se casaron el viernes 15 de febrero tras un breve romance, de alrededor de un mes, confiaron desde su entorno familiar. Según los testimonios de vecinos, la relación de la pareja no era buena y tenían muchos entredichos verbales.

Los testigos de aquella noche del 6 de marzo dieron un dato clave: dijeron que vieron ingresar a la mujer a la gomería acompañada de otro hombre.

Al margen, hubo un par de situaciones que llamaron la atención de los investigadores y acrecentaron las dudas: al enterarse de que su marido no había fallecido, Báez se dirigió hasta el hospital y les indicó a las enfermeras que no dejaran entrar a nadie a su habitación. Después dejó de visitarlo.

A la vez, llamó a una de las hijas de Ramírez y le aclaró que ella nada había tenido que ver con lo sucedido, lo que le sonó extraño a la joven, que se lo comentó a la policía.

Cinco días después del hecho, Ramírez despertó y contó su versión: dijo que estaba por cerrar su negocio, cuando cerca de las 22:30, su mujer y el hombre que fue visto con ella en el lugar habían intentado matarlo.

Relató que lo golpearon en la cabeza, lo arrastraron hasta el fondo del local, le colocaron un cable alrededor del cuello y lo colgaron de una viga para simular un suicidio. El motivo habría sido heredar sus bienes.

Graciela, hermana de Ramírez, sostuvo la teoría. “Se quiso quedar con la casa, una camioneta y dos negocios. Ella estaba acostumbrada a hacer esas cosas macabras, hasta corrió a los hijos de él de la casa y planificó el homicidio con su ex pareja”, dijo a Télam la mujer, que acotó que Báez golpeaba a su hermano y luego denunciaba que él la había atacado.

A partir de la declaración de Ramírez, la Justicia ordenó el arresto de Báez y de su ex pareja, Iginio Morales Ocampo (49), también paraguayo, quienes quedaron acusados de tentativa de homicidio, en el caso de ella agravada por el vínculo. Ambos se negaron a declarar en sede judicial.

Fuentes policiales informaron que también se investiga si Báez y Morales Ocampo estuvieron vinculados a un caso similar, a la muerte de un anciano al que ella cuidó durante 2018 en la ciudad de La Plata, a quien incluso le cobraba la jubilación.

Infobae