Desde su cuenta en las redes sociales, la diputada nacional Fernanda Raverta se hizo eco de uno de los tantos casos de imposibilidad de pago en las cuotas de los créditos UVA.
Aquí su testimonio:
«Desde el 1er día dijimos que los Créditos Hipotecarios UVA eran un negociado para los bancos y una estafa para la gente.
👇 Este ejemplo es claro:
▶️Octubre 2016 tomaron $ 1.215.000
▶️hoy deben $ 2.100.000.
▶️Arrancaron con una cuota de 11 mil y aumentó a 18 mil pesos
En cada medida de gobierno, Macri y Vidal generan un negocio para los privados que lo pagan los ciudadanos: bancos, petroleras, empresas de servicios..»
Según publicó el diario Clarin…
Miedo. Incertidumbre. Desesperación. También obsesión. Hasta lo grafican como «bomba de tiempo».
Se trata de algunas expresiones que denotan la angustia y la preocupación de muchas familias que, en los últimos años, accedieron a préstamos hipotecarios UVA y ahora notan que sus cuotas se han ido a las nubes, debido a una inflación galopante que les generó aumentos del 30% en sólo seis meses y del 47% a lo largo del 2018.
En distintos lugares del país incluso se han autoconvocado familias formando “colectivos regionales” para protestar cada semana contra los bancos y las autoridades, “rogando por alguna solución”. Clarin dialogó con algunas de estas familias que, a poco de cumplir el sueño de dejar de alquilar, hoy temen perder su vivienda por no poder seguir pagándola.
Ingeniero de Sistemas, Diego Spinedi (45), que vive en La Plata, le cuenta su caso a Clarín y rememora lo que empezó siendo la bendición de la casa propia, pero dice que hoy atraviesa, junto a su mujer Eugenia, una verdadera pesadilla.
«En octubre de 2016 pedimos un préstamo UVA al Banco de la Provincia de Buenos Aires, que nos dio $ 1.215.000 (el dólar estaba a $ 15) para comprar el 70% de la casa. El resto lo conseguimos con ayuda de familiares y amigos». Dos años después, cuenta que no sólo no redujeron la deuda, sino que la hipoteca saltó a $ 2.100.000. «Nuestra primera cuota fue de $ 11.000 y en diciembre último pagamos $ 18.000, lo que representa más del 50 % de aumento», expresa desconsolado Spinedi.
Aclara este profesional que él, junto a su esposa monotributista, quiere pagar su casa como corresponde, «pero nos urge tener un mínimo de seguridad. No puede ser que no sepamos cuánto será el próximo mes». Reconoce Spinedi que no hay noche que no aparezca el «tema hipotecario» que intercambia con Eugenia «en armonía aunque con mucha preocupación, y por momentos es una obsesión. Sobre todo escuchando las noticias, que habla de aumentos en todos lados y de un dólar a $ 50 para marzo… ¿Cómo vamos a hacer para pagar la cuota?».
A la hora de otear el horizonte, Spinedi intenta ser optimista, pero la realidad económica tiñe el cielo de oscuro. «Se nos cruza que podamos perder la casa, qué sé yo… Estamos empezando un año eleccionario y si bien esto no pasa por colores políticos, la solución tiene que venir de la política, de lo contrario será muy difícil». ¿Qué dice el Banco? «Nada, sólo acepta extender el plazo del crédito, pero es una engañapichanga», interpreta.
Cada vez que piensa en el crédito le vienen ganas de llorar a Spinedi, un sentimiento que se repite a menudo. Especialmente cuando se suceden los «no» para sus dos hijos. «A mi hijo de 16 le tuve que decir que no sé si podré pagarle el viaje de egresados. A mi hija de 11 no la puedo mandar a la colonia. Y eso que somos de clase media, pero nos están destruyendo. Yo aposté a mejorar la calidad de vida y resulta que me está yendo peor», mastica bronca este hombre que hace unos meses volvió a rechazar irse a trabajar a España. «Quiero a la Argentina, mi vida está aquí, pero te empujan a que te vayas».
Débora Villalba (28) estudia Ciencias de la Comunicación y vive con su marido Pablo Friso en Beriso, casa que compraron en diciembre de 2017 con un préstamo UVA-Procrear que les dio el Banco Francés por un monto de $ 930.000 que en la actualidad trepó a $ 1.300.000, más del 40% de aumento. «Arrancamos con cuotas de $ 7.000 y la última que pagamos llegó a $ 9.600. Yo no trabajo y Pablo es empleado y no tuvo ese porcentaje de aumento», clama Débora.
Fuente: Facebook Diputada Nacional Fernanda Raverta – Clarín, por JAVIER FIRPO